Lost in translation - Ella Frances Sanders
23.11.16
"Por más que queramos ser diferentes, sentirnos como individuos, y nos entusiasmamos con la expresión, la libertad y las experiencias que nos hacen únicos, todos estamos hechos de la misma sustancia. Reímos y lloramos de forma similar, aprendemos palabras para después olvidarlas y, cuando conocemos a personas de culturas y lugares distintos a los nuestros, de alguna forma comprendemos cómo viven sus vidas. El lenguaje nos une a través de sus significados, tentándonos a cruzar fronteras y ayudándonos a comprender las preguntas terriblemente difíciles que la vida, implacable, nos arroja".
Una pausa. Esto es lo que buscaba: una pausa. Hoy os traigo un libro diferente que ha sido mi pausa. No estoy naufragando en ninguna crisis lectora, tampoco estoy perdido en una crisis bloguera. Sin embargo, es obvio que desde que he empezado a trabajar en el despacho (y a pesar de que me muero de ganas de explicaros mis últimas lecturas) cuando llego a casa solo tengo fuerzas para arrastrarme hacia la calidez de la cama, coger el libro de la mesilla de noche y leer hasta que se me cierran los ojos de agotamiento. Prefiero ignorar el número de reseñas pendientes. Quizás es por esta necesidad de una pausa, es decir, de una lectura simpática, diferente, original, sin más pretensiones que asombrar al lector, que me ha llegado tanto el libro que os traigo hoy; Lost in translation, de Ella Frances Sanders.
Una de las cosas que más me gustan de viajar son las lenguas. Me encanta reflexionar sobre el origen de las palabras que utilizamos habitualmente, los misterios de las lenguas, las influencias que ejercen entre ellas, sus tonalidades diferentes, su relación con la historia y la cultura de su tierra, etc. Siempre que he tenido la oportunidad de conocer a gente de otras culturas me he interesado sinceramente por sus lenguas, comparando, buscando similitudes e intentando pronunciarlas correctamente. Pero si algo me asombra son las palabras en otros idiomas intraducibles al nuestro, es el snitch dorada del mundo de las lenguas y es lo que Ella Frances Sanders se ha dedicado a recopilar en Lost in translation.
¿Sabíais que el sueco tiene una palabra para referirse al reflejo lunar en forma de camino en el agua? ¿O que el urdu tiene una palabra para la sensación de paz que te embarga al ser consciente que alguien te ama y te apoya incondicionalmente? ¿O que el sueco tiene una palabra para la inquietud de un viajero en el momento de empezar un viaje? ¿O que el portugués tiene una palabra para el acto de acariciar el cabello a la persona a la que quieres? ¿Acaso sabíais -alerta, lectores, que esta os apela directamente- que el japonés tiene una palabra para definir el ciclo de comprar un libro, no leerlo y acumularlo junto a otros libros sin leer?
Si a esta gran idea de libro le añades el cuidado habitual de Libros del Zorro Rojo por sus ediciones y las preciosas ediciones de la autora el resultado es una lectura imprescindible y para guardar toda la vida. A cada palabra se le dedican dos páginas con una definición, una breve explicación de su significado, la lengua de la que proviene y una ilustración. El único pero que le pondría es que, al ser este libro originalmente en inglés, hay un par de palabras que aparecen y resulta que sí tienen traducción al español (ejemplos: "desamor" o "gafe").
En conclusión, sé que el libro que os traigo hoy no es lo que suelo leer, pero cuando me enteré de que Libros del Zorro Rojo publicaba esta pequeña joya no me supe resistir. Me ha hecho sonreír, me ha hecho exclamar "¡ahí va!" más de una vez, me ha hecho compartir reflexiones y reír con otras personas. Un libro con una edición inmejorable y perfecta para pequeños y grandes, una lectura para leer y releer, un homenaje a lo intraducible, al tesoro que son las cientos de lenguas que se hablan en nuestro mundo. No apto para pragmáticos que matarían todas las lenguas para instaurar el inglés.
Una pausa. Esto es lo que buscaba: una pausa. Hoy os traigo un libro diferente que ha sido mi pausa. No estoy naufragando en ninguna crisis lectora, tampoco estoy perdido en una crisis bloguera. Sin embargo, es obvio que desde que he empezado a trabajar en el despacho (y a pesar de que me muero de ganas de explicaros mis últimas lecturas) cuando llego a casa solo tengo fuerzas para arrastrarme hacia la calidez de la cama, coger el libro de la mesilla de noche y leer hasta que se me cierran los ojos de agotamiento. Prefiero ignorar el número de reseñas pendientes. Quizás es por esta necesidad de una pausa, es decir, de una lectura simpática, diferente, original, sin más pretensiones que asombrar al lector, que me ha llegado tanto el libro que os traigo hoy; Lost in translation, de Ella Frances Sanders.
Una de las cosas que más me gustan de viajar son las lenguas. Me encanta reflexionar sobre el origen de las palabras que utilizamos habitualmente, los misterios de las lenguas, las influencias que ejercen entre ellas, sus tonalidades diferentes, su relación con la historia y la cultura de su tierra, etc. Siempre que he tenido la oportunidad de conocer a gente de otras culturas me he interesado sinceramente por sus lenguas, comparando, buscando similitudes e intentando pronunciarlas correctamente. Pero si algo me asombra son las palabras en otros idiomas intraducibles al nuestro, es el snitch dorada del mundo de las lenguas y es lo que Ella Frances Sanders se ha dedicado a recopilar en Lost in translation.
¿Sabíais que el sueco tiene una palabra para referirse al reflejo lunar en forma de camino en el agua? ¿O que el urdu tiene una palabra para la sensación de paz que te embarga al ser consciente que alguien te ama y te apoya incondicionalmente? ¿O que el sueco tiene una palabra para la inquietud de un viajero en el momento de empezar un viaje? ¿O que el portugués tiene una palabra para el acto de acariciar el cabello a la persona a la que quieres? ¿Acaso sabíais -alerta, lectores, que esta os apela directamente- que el japonés tiene una palabra para definir el ciclo de comprar un libro, no leerlo y acumularlo junto a otros libros sin leer?
Si a esta gran idea de libro le añades el cuidado habitual de Libros del Zorro Rojo por sus ediciones y las preciosas ediciones de la autora el resultado es una lectura imprescindible y para guardar toda la vida. A cada palabra se le dedican dos páginas con una definición, una breve explicación de su significado, la lengua de la que proviene y una ilustración. El único pero que le pondría es que, al ser este libro originalmente en inglés, hay un par de palabras que aparecen y resulta que sí tienen traducción al español (ejemplos: "desamor" o "gafe").
En conclusión, sé que el libro que os traigo hoy no es lo que suelo leer, pero cuando me enteré de que Libros del Zorro Rojo publicaba esta pequeña joya no me supe resistir. Me ha hecho sonreír, me ha hecho exclamar "¡ahí va!" más de una vez, me ha hecho compartir reflexiones y reír con otras personas. Un libro con una edición inmejorable y perfecta para pequeños y grandes, una lectura para leer y releer, un homenaje a lo intraducible, al tesoro que son las cientos de lenguas que se hablan en nuestro mundo. No apto para pragmáticos que matarían todas las lenguas para instaurar el inglés.
4 comentarios
Libro curioso, cuanto menos, pero no me llama especialmente la atención.
ResponderEliminarMe encanta, son esas pequeñas joyas especiales que tanto me gustan. Me lo llevo a mi lista de deseos navideños junto a "El libro de la madera", de Lars Mitting (Alfaguara). Bss
ResponderEliminar¡Qué importante el lenguaje! Determina cómo vemos el mundo. Tener una palabra para referirse al reflejo lunar en forma de camino en el agua tiene que hacer la vida más bonita, sin duda.
ResponderEliminarDesde que vi la primera reseña me ha llamado la atención, incluso no me importa que esté en inglés. Miraré de conseguirlo, creo que también necesito una "pausa".
ResponderEliminarUn saludo,
Laura