El nadador en el mar secreto, de William Kotzwinkle
29.9.15«Ella sonrió, pero era de nuevo una máscara, formada ahora por el alivio momentáneo de la angustia. No había ningún coqueteo, nada de paz, nada de cuanto solía ver él en sus sonrisas. Sin embargo, sabía que aquella sonrisa estaba hecha para él, para aliviarlo de su preocupación. Ella también ve dentro de mí; quizá vea la inquietud de mis días, como veo yo la suya. Sintió que estaban juntos, entonces, en un nivel nuevo, más viejo, más sabio, con el dolor como nexo de unión. Hemos recorrido más de cincuenta millas esta noche; hemos cruzado el océano.»
Son pocas las colecciones de libros en las que confío tanto que, cada vez que sacan un nuevo libro, lo adquiero sin ni tan siquiera leer la sinopsis. Se me ocurre la colección de edición limitada de Anagrama -que, por cierto, este mes añade cinco grandes libros- pero pocas más. Navona -una editorial que me era completamente desconocida antes de leer el libro que me dispongo a reseñar- lo ha conseguido con su colección Los esenciales, en la que cada estación añade una nueva historia vestida con una edición tan elegante como sobria y cuya primera publicación fue la que os traigo hoy, El nadador en el mar secreto, de William Kotzwinkle.
Cuando vislumbré la portada de ropa de este libro sin adornos ni sinopsis en su contraportada, lo adquirí sin investigar por internet otras opiniones o, al menos, más información. Me atrajo como una de esas sirenas misteriosas con la que uno tiene el privilegio de cruzarse alguna vez en la vida, esas mujeres bellas y enigmáticas, que no se maquillan ni siguen la última moda y que uno siente en seguida una sed insoportable de conocerlas, de oír su voz, de saber cuales son sus aficiones, sus manías, sus inquietudes, sus secretos. El título de este libro era como la mirada de este tipo de mujeres, serena y tranquila, confiada y risueña.
¿Qué encontramos en el interior de tan misterioso libro? La narración de un padre, Laski, del nacimiento de su primer hijo. Él y su mujer Diane se encuentran en su casa, en medio de la naturaleza, cuando empiezan las contracciones. Con esa urgencia tan maravillosa y deslumbrante que hemos visto en mil películas y que produce esa sensación extraña entre los nervios y la felicidad Laski acomoda a su mujer en el vehículo y se dirige a toda velocidad hacia el hospital.
La poca longitud de esta novela puede hacer pensar que esta no puede ser una gran historia, pero en la sencillez se encuentra la esencia de la belleza. Lo que ha hecho William Kotzwinkle es una escultura impresionante del momento más importante en la vida de un ser humano, sea cual sea su religión, su ideología o su nacionalidad: el nacimiento de un hijo. Y este evento trascendental acarrea todo un "océano" detrás de ilusión, esperanza y miedo. Es un momento relativamente corto en el tiempo, pero tal y como dijo el conejo blanco del País de las Maravillas, "siempre a veces dura solo un segundo". La voz del narrador, aun siendo la del mismo padre, es directa y dura, desprovisto de toda delicadeza para suavizar lo que sucede.
Y no digo más, que sino os espoileo la historia.
En conclusión, el resultado es una novela fenomenal, dura e inolvidable. Kotzwinkle nos presenta dos personajes desconocidos en una tierra fría y remota, y en noventa páginas nos sabe meter en su persona, nos hace sentir en la propia piel la odisea por la que pasan en un hospital, la vida y la muerte, antípodas pero tan cercanas la una de la otra que casi se tocan. Y uno se queda con la sensación, no de haber conocido a Laski y Diane, sino haber sido ellos por una sola noche, oscura y sin estrellas.
Cuando vislumbré la portada de ropa de este libro sin adornos ni sinopsis en su contraportada, lo adquirí sin investigar por internet otras opiniones o, al menos, más información. Me atrajo como una de esas sirenas misteriosas con la que uno tiene el privilegio de cruzarse alguna vez en la vida, esas mujeres bellas y enigmáticas, que no se maquillan ni siguen la última moda y que uno siente en seguida una sed insoportable de conocerlas, de oír su voz, de saber cuales son sus aficiones, sus manías, sus inquietudes, sus secretos. El título de este libro era como la mirada de este tipo de mujeres, serena y tranquila, confiada y risueña.
¿Qué encontramos en el interior de tan misterioso libro? La narración de un padre, Laski, del nacimiento de su primer hijo. Él y su mujer Diane se encuentran en su casa, en medio de la naturaleza, cuando empiezan las contracciones. Con esa urgencia tan maravillosa y deslumbrante que hemos visto en mil películas y que produce esa sensación extraña entre los nervios y la felicidad Laski acomoda a su mujer en el vehículo y se dirige a toda velocidad hacia el hospital.
La poca longitud de esta novela puede hacer pensar que esta no puede ser una gran historia, pero en la sencillez se encuentra la esencia de la belleza. Lo que ha hecho William Kotzwinkle es una escultura impresionante del momento más importante en la vida de un ser humano, sea cual sea su religión, su ideología o su nacionalidad: el nacimiento de un hijo. Y este evento trascendental acarrea todo un "océano" detrás de ilusión, esperanza y miedo. Es un momento relativamente corto en el tiempo, pero tal y como dijo el conejo blanco del País de las Maravillas, "siempre a veces dura solo un segundo". La voz del narrador, aun siendo la del mismo padre, es directa y dura, desprovisto de toda delicadeza para suavizar lo que sucede.
Y no digo más, que sino os espoileo la historia.
En conclusión, el resultado es una novela fenomenal, dura e inolvidable. Kotzwinkle nos presenta dos personajes desconocidos en una tierra fría y remota, y en noventa páginas nos sabe meter en su persona, nos hace sentir en la propia piel la odisea por la que pasan en un hospital, la vida y la muerte, antípodas pero tan cercanas la una de la otra que casi se tocan. Y uno se queda con la sensación, no de haber conocido a Laski y Diane, sino haber sido ellos por una sola noche, oscura y sin estrellas.
18 comentarios
¡Hola!
ResponderEliminarNo conocía esta colección de Navona pero, si dices que te ha gustado tanto como la de Anagrama, tendré que echarla un vistazo. Además, éste en concreto sí que me llama la atención.
¡Un saludo!
¡Hola! Segunda reseña que leo, pero ni falta me había hecho, porque ya me había pasado por la librería para encargarlo. Este librito parece estar enamorando a los lectores, y la extensión y las buenas opiniones invitan a leerlo.
ResponderEliminarEspero disfrutarlo.
Besso
Una lectura corta, intensa que te deja noqueado a golpe de poesía... Una buena colección
ResponderEliminarLe tengo muchas ganas al libro desde que vi por ahí alguna otra reseña muy positiva, aunque confieso que me da un poco de miedo que sea demasiado intenso para mí, que no suelo llevarme bien con la intensidad.
ResponderEliminarEn uno de los clubes de lectura en los que participo no paran de recomendármelo pero no me quieren contar nada!! Así que al final entre ellas y reseñas como la tuya no me quedará mas remedio que leerlo, jeje
ResponderEliminarBesos!
No se si será tan estupenda pero todo el mundo habla maravillas
ResponderEliminarNi conocía al turo, ni conocía la novela.. como suele suceder
ResponderEliminarasí de primeras no me llama especialmente, pero no la descarto de momento
un beesito
No la he leído todavía pero sin duda lo haré.
ResponderEliminarBesotes!!!
Mira que al principio no me llamaba, pero según he ido leyendo reseñas he cambiado de opinión =)
ResponderEliminarBesotes
UFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF
ResponderEliminar¡Me has convencido! El fragmento que has citado me resultó maravilloso, y parece tratarse de un libro que amaré. ¡¿Diane?! Eso también me ha seducido, sí, me enamoro fácilmente XDD
Ohh, ¡pobre libro tuyo! ¡Se ha mojado! (viendo la foto xDDDD).
¡Gracias por la reseña! :)
Una lectura conmovedora por su belleza y la pureza de su dolor. La leí hace meses y todavía no me he atrevido a hacerle reseña, quizás por miedo a destriparla (es tan corta) o quizás porque no me alcanzan las palabras para contener tanta emoción desbordada. Bss
ResponderEliminarEsta colección de Navona es estupenda y este de los mejores títulos.
ResponderEliminarNo conocía este libro, pero lo recomiendas con tanto entusiasmo que es imposible no tener ganas de leerlo, especialmente si el autor consigue que conectes con los personajes tal y como dices.
ResponderEliminarHola!!
ResponderEliminarA mí me pasa lo mismo con este sello desde que descubrí la editorial Navona! Este libro no lo he leído aún, pero por falta de ganas no será.
Un beso ^-^
Magnífica colección, cierto. Y el gran acierto de este libro, además de su honestidad, es precisamente esa sencillez. Muy recomendable.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo lo leí, es sencilla y a la vez impactante. Se lo recomiendo no se arrepentirán!!!
ResponderEliminarYo lo leí, es sencilla y a la vez impactante. Se lo recomiendo no se arrepentirán!!!
ResponderEliminarTambién llamó mi atención esta edición, pero a diferencia pude resistir los cantos de sirena. Sin duda vendrán más y acabaré cayendo, pero de momento me mantengo.
ResponderEliminarSaludos!