Bel Ami, de Guy de Maupassant
27.8.12
Cuando la dependienta le entregó la vuelta de sus cinco francos, George Duroy salió del restaurante.
Presumido por naturaleza y por petulante reminiscencia de su época como suboficial, hinchó el pecho, se atusó el bigote con un gesto marcial que le era característico y arrojó sobre los comensales que llegaban con retraso una mirada rápida y circunspecta, una de esas miradas de gavilán que todo lo abarca y penetra.
A su paso, las mujeres levantaron la cabeza. Eran tres obrerillas, una profesora de música, de cierta edad, reñida con el peine, desaliñada, que solía llevar su sombrero polvoriento y un vestido hecho a zurcidos; finalmente dos señoras de medio pelo, con sus correspondientes maridos, todos ellos parroquianos asiduos de aquel bodegón con cubiertos a precio fijo.
De vez en cuando me apetece alguna lectura clásica y aunque hay muchas obras demasiado difíciles para mí, esta fue una agradable sorpresa. Una amiga me lo recomendó asegurándome que si lo empezaba no podría parar hasta leer las últimas líneas de la última página del libro. Y resultó ser cierto. Es más, para mí esta obra siempre será una obra maestra.
El narrador es omnisciente y la historia se divide en dos partes (la primera consta de ocho capítulos y la segunda de diez). Guy de Maupassant nos cuenta la historia de Duroy, ex militar arruinado, en su ascenso social a través de las mujeres de poder de la sociedad parisiana. A través de su encanto personal, su habilidad en cortejar a las damas, su falta de escrúpulos y su crueldad se irá abriendo paso a través de los obstáculos. Si el protagonista de esta novela clásica simbolizara un pecado capital, este sería la ambición. Sediento de dinero y poder no duda en traicionar, difamar y acostarse con las mujeres de amigos fieles.
No es una lectura difícil, en mi opinión tiene un vocabulario accesible para lectores "estándar" y es de estas novelas que no puedes parar de leer para saber que pasará a la siguiente página. Una peculiaridad de Bel Ami, en mi opinión, es que seguimos la historia del personaje "malo" y sabemos todo lo que piensa y planea en todo momento. Duroy se nos aparece como un Dorian Grey mortal y afanoso de poder. Comprende la psicología humana a la perfección y domina el arte de seducir, que no duda en usarlo para beneficio propio. No hay ningún personaje plano, el autor provee de una personalidad única a todos y a cada uno de ellos, pero en especial a Duroy, que acabamos por conocerlo profundamente.
Maupassant critica a la sociedad del momento en Bel Ami, nos muestra un mundo de mentiras en el que reina la hipocresía. Nos relata sin tapujos las intenciones salvajes tras las formalidades típicas del cortejo de la época, el punto débil del sexo femenino: el amor, que es tratado como una especie de locura por el protagonista, y el corrupto mundo de la política y el periodismo.
En general, Bel Ami es para mí una lectura excelente que me hizo reflexionar y asombrarme con la sangre fría y la letalidad del protagonista, que a pesar de todas las crueldades que lleva a cabo no pierde la simpatía del lector. También se nos ofrece un retrato de la época y sus costumbres. Y todo con un vocabulario y una forma de relatar exquisita. En mi opinión esta es una lectura obligada que no dejará indiferente a nadie.
20 comentarios
Me llama la atención, pero tengo otros clásicos pendientes. Aun así, me lo apunto. Gracias!
ResponderEliminarNo tiene mala pinta, y no me importaría leerlo. No lo conocía, así que gracias por descubrírnoslo.
ResponderEliminarBesos.
A mi también me gusta leer algún clásico, de hecho estoy pensando en proponerme al menos uno al mes. Me apunto el que nos traes, un beso
ResponderEliminarNo conocía este libro pero tiene buena pinta y me vendría ver para retomar los clásicos que los tengo un poco abandonados
ResponderEliminarbesos
Yo me leí "L'Epave" en francés (nivel A2) y me gustó mucho y este libro pinta demasiado y el argumento me gusta. Me lo apunto.
ResponderEliminarUn saludo.
PD: Gracias por seguirme y por decirme que quite los captchas asquerosos, ni siquiera sabía que lo tenía configurado xD.
No lo conocía pero ahora me lo apunto porque parece un libro muy bueno :D
ResponderEliminarGracias por la reseña!
Besitos<3
Muy buena reseña, de este autor he leído "Una vida" y "Nuestro corazón", las dos menos relevantes que la que tú nos presentas hoy, me propongo leer Bel Ami antes de que acabe el año. Yo también tengo lecturas para verano y para invierno jeje. Un abrazo.
ResponderEliminarDe mis eternos pendientes, pero desde luego tu reseña anima a quitarlo de una vez de esa lista. Dejas con ganas de lanzarse a su lectura.
ResponderEliminarBesotes!!!
Aún no lo he leído, y no es por falta de ganas. La editorial Alba lo ha editado hace relativamente poco y ha corregido el título (se llama Buen amigo), lo cual tiene bastante más lógica que dejarlo en francés. Ya hace tiempo que quiero leerlo y tu reseña me anima todavía más.
ResponderEliminarUn saludito.
Lo tengo apuntado hace ya tiempo...ahora es cuestión de que llegue el turno para comprarlo jeje.
ResponderEliminarYo también te sigo para poder pasarme.
Un beso!
Me encantó Bel Ami, el buen amigo... que cegado por la ambición y falta de escrúpulos resultó no ser ni tan bueno ni tan amigo
ResponderEliminarBesos
Hoy traes un clasicazo eh! =)
ResponderEliminarMuy recomendable.
Besotes
COmo no te tenia entre mi lista de blogs! me fascina como escribe guy, asi que seguro este caera ;3
ResponderEliminarbesos!
He encontrado tu blog y me parece muy interesante.Me quedo por aquí.
ResponderEliminar¡¡Tu seguidora nº100!!
Este libro lo he leído un par de veces, la primera de adolescente me gustó mucho, pero la segunda, cuando ya había estudiado Periodismo me gustó aún más porque por desgracia y aunque parezca mentira hay aún muchas cosas que no han cambiado. Una gran obra maestra y coincido, de las asequibles a todo el mundo. Bsos
ResponderEliminarDespués de escribir mi comentario fuera del blog, he tenido que dividirlo en dos porque es excesivamente largo. Lo siento, Trotalibros. ¡¡¡Ya sabes que soy muuuy pesada!!!!
ResponderEliminarHace un par de días te adelantaba vía Twitter algún comentario sobre la novela antes de terminarla. Había leído la primera parte y ya tenía una idea muy clara de qué me parecía el protagonista, Georges Duroy. Pues ahora, una vez terminada me lanzo a repetir mis primeras apreciaciones y añado unas cuantas más.
Bel Ami, la novela, me ha parecido una buena lectura. Es amena, interesante, enriquecedora, adictiva, encantadora y apasionante en algunos momentos y además para mí, algo indignante en muchos otros. Me explico...
(Atención al que tenga intención de leer la novela: NO SIGAS LEYENDO ESTE COMENTARIO PORQUE CUENTO MÁS DE LO QUE DEBERÍAS SABER).
La historia de Georges Duroy, Bel Ami, es una historia cargada de aspectos tan negativos y cotidianos como la hipocresía, la envidia, la ambición desaforada o la deslealtad. Aparecen otros aspectos que también encontramos habitualmente en nuestro entorno como son las artimañas para conseguir objetivos a costa del sufrimiento ajeno, la ingenuidad de algunas mujeres, los “trepas” en los trabajos, el machismo... Desgraciadamente, tanto estos como los anteriores nos van a acompañar a lo largo de la historia de la humanidad porque son (estoy totalmente convencida de ello) rasgos inherentes al ser humano. Todas estas “joyas” que nos caracterizan en mayor o menor medida, se encuentran en el carácter y forma de vida de Duroy. Se trata de un personaje que se hace querer en la primera parte de la novela. Es encantador, atractivo y con ese punto justo de arrogancia que encandila a cualquiera que lo conozca, hombre o mujer. Enamora, literalmente, a las mujeres y es capaz de llevar a su terreno a los hombres. Eran estos últimos los que estaban en las entrañas de la política, la prensa, el ejército, la justicia y todos los grandes estamentos que conformaban aquella sociedad y por lo tanto los que tomaban las grandes decisiones. No obstante, para tener acceso a esa clase social si no se provenía de una “alta cuna”, el método eran los contactos y las relaciones personales y para este asunto eran las mujeres las grandes “especialistas”. Por medio de una exquisita educación impartida al amparo de sus ricas y/o nobles familias, las mujeres de la alta sociedad de París de finales del siglo XIX eran buenas anfitrionas, estupendas en su función de relaciones públicas y grandes embajadoras de su apellido, de su clase y ralea en definitiva. Ellas eran organizadoras de fiestas o cenas o cualquier otro tipo de evento social que ponía en contacto a “sus hombres” (parejas o no) y era en estas ocasiones cuando empezaban a tejerse las grandes tramas financieras y políticas. Formar parte del círculo de amistades de cualquiera de estas damas significaba tener las puertas abiertas para codearse con los más influyentes y poderosos.
Duroy utiliza a las mujeres para escalar en la clase social. En un principio, parece que se trata de un mujeriego sin más, un hombre joven que disfruta de la compañía de las damas hasta que se aburre de ellas y luego abandona sin remordimientos e incluso jactándose de provocarles dolor por ello. Pero a medida que avanza la historia, es obvio que su obsesión por relacionarse íntimamente con ellas va más allá del simple placer sexual. Las conoce, se deja querer, las enamora perdidamente y juega con sus sentimientos con el único proyecto de mejorar. Mejorar en su trabajo, en sus relaciones, económicamente...
(Sigue...)
(...sigue)
ResponderEliminarEs cierto que George Duroy es un personaje simpático y como te dije en aquel tweet, un sinvergüenza irresistible. Me hacía pensar en esos primeros capítulos en aquel personaje de Las Amistades Peligrosas (interpretado en la película por John Malkovich), el vizconde de Valmont. Duroy, como aquel otro, desprende sensualidad y encanto y sabe utilizar todas las armas de que dispone para hacer caer a las mujeres en sus brazos. O sea, un hombre con un magnetismo que resulta reprochable y adorable a partes iguales. Pero a medida que avanzamos en la novela y conocemos más a Duroy, vamos descubriendo también su verdadera naturaleza y la mezquindad de sus actos.
Pensamos además que se trata de un hombre inteligente y capaz pero también eso acaba siendo un gran error. Vemos cómo escala puestos social y laboralmente pero siempre valiéndose de los demás: le dan la primera oportunidad de trabajar en el periódico gracias a su amigo Forestier; consigue el puesto de trabajo gracias al artículo que presenta y que está redactado por la esposa de su amigo; sus contactos con esa clase social de la que tanto deseaba formar parte comienzan por las personas que les son presentadas por esa misma pareja; se vale de la muerte de amigo para casarse con una mujer influyente y la que cree idónea para su fin; utiliza a su esposa para afianzar sus contactos políticos y gracias a ella sigue presentando brillantes artículos en el periódico; no duda en conquistar o enamorar a las mujeres e hijas de aquellos hombres que le interesan y que son necesarios para alcanzar sus metas... Y así con todos y cada uno de los logros que consigue Georges Duroy en su vida.
Las relaciones con las mujeres es un constante ir y venir. Las conquista, rompe con ellas, vuelve a conquistarlas, se casa, se divorcia, alterna sus amantes, las utiliza, las mortifica... Aunque en algún momento deja entrever que pueden existir unos sentimientos hacia algunas de ellas, nunca hay una seguridad al 100% de que no las ve como simples herramientas, algunas satisfactorias eso sí, pero herramientas en sí. Y así lo demuestra hasta la última frase de la novela. Lo que en un principio me parecía un hombre arrebatador acaba siendo a mis ojos un ser impasible y despreciable.
El resto de personajes de la novela son muy diferentes entre sí pero con un rasgo común: la hipocresía. Todas las damas encantadoras, cada una en su estilo. Los caballeros, todos ambiciosos. Me gusta Madeleine Forestier y me resultan simpáticos Rival y Varenne. Por cierto, en un capítulo Norbert de Varenne habla con Duroy acerca de la muerte y me impresionó mucho el modo en que el escritor trata este asunto. Es un punto de vista curioso que yo comparto y por ese razonamiento he tenido “entretenidos debates” con personas que se empeñan en ver en ello algo trágico y no pragmático.
Respecto a la narrativa del escritor, Guy de Maupassant, he de decir que me gusta muchísimo. Me encanta. Me sorprende también muchísimo su modo de expresarse y lo sencilla y cómoda que resulta su lectura a pesar de ser una novela de 1885. No había leído nada de él pero ahora tengo verdaderas ganas de seguir con alguna otra novela.
He leído por aquí arriba que alguien hacía comentarios acerca del nombre “Bel Ami” y su traducción. En la edición que yo he leído, la traductora (Esther Benítez) añade una nota en relación a este nombre cuando aparece por primera vez en la novela y dice: “Bel Ami, “el amigo guapo”, ha sido traducido en anteriores versiones de la novela como “Buen mozo”. Pero, en boca de una niña, resulta totalmente impropia esta última expresión. He optado, por eufonía y por la ya universal aceptación del título, por conservar Bel Ami”. Me parece un acierto. Añado que “Bel Ami” no debería quedarse en la traducción “Buen amigo” ya que la palabra “bel” traducida al español puede ser “bueno” o “bello”. Doble sentido, doble connotación. Un nombre perfecto para la novela.
Y seguiría con esto pero creo que me estoy excediendo porque la reseña del libro, al fin y al cabo, ya estaba hecha.
Saludos.
hola... me preguntaba donde podria descargar el libro.... me gustaria leer... ah bueno bye... y gracias por los datos.. je
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola a todos, dos años después de esta entrada, me gustaría informaros de un club de lectura de literatura francesa en doble modalidad español/francés, que vamos a poner en marcha en el Espacio LEER de la revista LEER, donde leeremos entre otros clásicos Bel Ami de Maupassant, porque creo que os puede interesar a los que vivís en Madrid, un saludo cordial y que sigáis disfrutando a los clásicos,
ResponderEliminarRaquel
http://revistaleer.com/2014/09/bel-ami-taller-de-literatura-francesa-en-leer