El pequeño salvaje, de T.C. Boyle
28.3.16
"Ni el mismo habría podido explicarlo pues no poseía lenguaje, ni ideas, ni manera de saber que estaba vivo, ni que había un lugar donde vivía ni por qué. Era un ser salvaje, un atavismo viviente y palpitante, y su vida no se distinguía ne nada de la de cualquier otra criatura del bosque."
Antes de atreverme con el tocho que acaba de publicar Impedimenta de este autor, Música acuática, quise estrenarme con Thomas Coraghessan Boyle con algo más ligero. Por esto me decidí por El pequeño salvaje, un libro corto -o cuento largo- cuyo argumento se adentra en el mito del niño criado en lo salvaje (quien no recuerda a Mowgli en El libro de la selva o la clásica historia de Tarzán).
Unos cazadores franceses capturan a un sucio niño de unos ocho o nueve años en los bosques de Languedoc y pronto descubren que este niño ha crecido completamente aparado de la civilización, sobreviviendo como una auténtica bestia salvaje, sin lenguaje y sin ningún tipo de interacción social con otro de su especie. Estamos en la Francia de 1969, en plena Ilustración, la época en que los filósofos discuten sobre la naturaleza y la complejidad del ser humano. Así, múltiples figuras del momento se interesan por este pequeño salvaje, le ponen nombre -Victor de Averyon- y lo transforman en un verdadero fenómeno social intentándolo civilizar: le enseñan las formas para vivir en sociedad, a vestirse, a hablar. Si obtienen el éxito o no, solo lo sabréis si leéis este relato.
Aunque no he tenido el placer de ver la película de François Truffaut (L'enfant sauvage - 1969), según he leído mantiene muchas similitudes con esta novela. El estilo y el ritmo que adopta Boyle para esta narración atrapa al lector desde la primera página, seguimos los pasos del salvaje protagonista y nos convertimos en testigos de los experimentos e intentos que realizan múltiples personas para educar y desentrañar la forma de pensar y actuar de Victor.
Para mí, lo mejor de la novela ha sido la crítica mordaz a la sociedad que contiene, la impiedad que demuestra cuando se sienten legítimos de sacar a Victor de su hábitat natural, donde él era feliz, y a experimentar con él, y una vez se cansan o pierden la esperanza se olvidan de él con la misma facilidad con la que lo atraparon. Mientras uno lee este relato se pregunta qué es lo que nos hace humanos; ¿el lenguaje?, ¿la organización?, ¿la inteligencia? ¿Qué es lo que hace que Victor sea considerado un animal, y no uno igual de su especie con la única particularidad de haber crecido en un ambiente completamente diferente?
Aunque en un principio eché de menos saber cómo se siente el protagonista y sus educadores en cada momento; la desorientación, la soledad y la incomprensión de uno y la frustración y la ambición de los otros, al final comprendí que lo mejor de este libro es efectivamente lo que no se halla escrito. T.C. Boyle te da los hechos, las actitudes y reacciones de sus personajes, y a través de todo esto te da a entender sus sentimientos y sus emociones.
El pequeño salvaje es un libro que se lee en una tarde y que te deja con ganas de releerlo. Al igual que en El libro de la selva o Tarzán el lector se acaba por preguntar si realmente es mejor la jungla civilizada que la jungla salvaje, acaba por compadecerse del pobre protagonista, que entra súbitamente en el tornado de una moda intelectual sin entender exactamente qué está pasando. Quizás tanta civilización ha acabado con una parte de la esencia del ser humano.
Unos cazadores franceses capturan a un sucio niño de unos ocho o nueve años en los bosques de Languedoc y pronto descubren que este niño ha crecido completamente aparado de la civilización, sobreviviendo como una auténtica bestia salvaje, sin lenguaje y sin ningún tipo de interacción social con otro de su especie. Estamos en la Francia de 1969, en plena Ilustración, la época en que los filósofos discuten sobre la naturaleza y la complejidad del ser humano. Así, múltiples figuras del momento se interesan por este pequeño salvaje, le ponen nombre -Victor de Averyon- y lo transforman en un verdadero fenómeno social intentándolo civilizar: le enseñan las formas para vivir en sociedad, a vestirse, a hablar. Si obtienen el éxito o no, solo lo sabréis si leéis este relato.
Aunque no he tenido el placer de ver la película de François Truffaut (L'enfant sauvage - 1969), según he leído mantiene muchas similitudes con esta novela. El estilo y el ritmo que adopta Boyle para esta narración atrapa al lector desde la primera página, seguimos los pasos del salvaje protagonista y nos convertimos en testigos de los experimentos e intentos que realizan múltiples personas para educar y desentrañar la forma de pensar y actuar de Victor.
Para mí, lo mejor de la novela ha sido la crítica mordaz a la sociedad que contiene, la impiedad que demuestra cuando se sienten legítimos de sacar a Victor de su hábitat natural, donde él era feliz, y a experimentar con él, y una vez se cansan o pierden la esperanza se olvidan de él con la misma facilidad con la que lo atraparon. Mientras uno lee este relato se pregunta qué es lo que nos hace humanos; ¿el lenguaje?, ¿la organización?, ¿la inteligencia? ¿Qué es lo que hace que Victor sea considerado un animal, y no uno igual de su especie con la única particularidad de haber crecido en un ambiente completamente diferente?
Aunque en un principio eché de menos saber cómo se siente el protagonista y sus educadores en cada momento; la desorientación, la soledad y la incomprensión de uno y la frustración y la ambición de los otros, al final comprendí que lo mejor de este libro es efectivamente lo que no se halla escrito. T.C. Boyle te da los hechos, las actitudes y reacciones de sus personajes, y a través de todo esto te da a entender sus sentimientos y sus emociones.
El pequeño salvaje es un libro que se lee en una tarde y que te deja con ganas de releerlo. Al igual que en El libro de la selva o Tarzán el lector se acaba por preguntar si realmente es mejor la jungla civilizada que la jungla salvaje, acaba por compadecerse del pobre protagonista, que entra súbitamente en el tornado de una moda intelectual sin entender exactamente qué está pasando. Quizás tanta civilización ha acabado con una parte de la esencia del ser humano.
13 comentarios
Hola!
ResponderEliminarGenial reseña!! Me encanta esta historia.
Un beso y feliz semana.
¡Buenas!
ResponderEliminarMe suena esta historia, creo que por la película o_ó Pero no la he visto ni he leído el escrito. Sinceramente, este tipo de historias me ponen de mal humor, así que me cuesta leerlas aunque sean interesantes... que en este caso lo parece y no descarto leerla en mejores días.
¡Saludillos! ♪
PD: Por cierto, tienes un errorcillo de fechas en cuanto a la Ilustración, creo ;]
Por cuestiones universitarias pude ver hace algunas semanas la película de Truffaut y lo apuntado en esa película, basado en un caso real, supuso en aquella época un antes y un después en la visión y el tratamiento de las personas con alguna que otra discapacidad.
ResponderEliminarNo sabía de la existencia de esta novela, por lo que anotada queda.
Gracias por la entrada!!
Saludos!
Por lo que cuentas está bien.. pero sin ser una maravilla
ResponderEliminarde momento no creo que me anime
un beesito
Me gusta ese espíritu crítico del libro. Creo que me gustaría. Lo apunto.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Apuntadísimo! :)
ResponderEliminarHe notado algún que otro cambio en tu blog...
¿Es así? ¿O me estoy volviendo loca? :')
Echaba de menos tus hermosas reseñas y fotografías. *_*
Pues me lo llevo apuntado, creo que me gustaría, según lo que cuentas =)
ResponderEliminarBesotes
Tarzán es una parida mental de las buenas (a mi no me ocnvenció) pero entiendo que es una novela pulp y todo eso claro. entretenidísima si era. entonces veremos si le doy el chance a este
ResponderEliminarNo tenía al autor en la lista de pendientes (y, por lo visto, quizá debería), aunque no estoy seguro de que sea mi estilo. Por si acaso, lo dejo en espera.
ResponderEliminarUn abrazote.
Hola Jan!
ResponderEliminarPrimero de todo, darte las gracias por pasar y quedarte por mi blog!
La editorial Impedimenta me encanta... Es muy detallista a la hora de elaborar las portadas y creo firmemente que publica libros con sustancia y que cumplen las exigencias de un público más exigente.
Ahora mismo, el que sea un libro más bien corto es todo un puntazo, y se agradece... ya que mi loista de pendientes va aumentando por momentos!
Buena reseña y ¡encantada de conocerte! ;)
Tomo nota para leerlo entre otras lecturas más densas.
ResponderEliminarSaludos:)
Un tema interesante, pero el libro en si no me termina de llamar, lo siento :/
ResponderEliminarPuede ser un título con el que me anime, aunque tampoco voy a salir corriendo a por el. Le echaré un vistazo en algun momento en la librería
ResponderEliminarBesos