Moby Dick, de Herman Melville
11.8.15“Llamadme Ismael. Hace unos años -no importa cuánto tiempo exactamente- con muy poco o ningún dinero en el bolsillo y sin nada en tierra que me interesara, creí que podría ir a navegar por ahí y ver la parte acuática del mundo."
Los participantes del reto Trotalibros durante este mes de agosto leemos alguna novela cuyo escenario principal sea el mar o, tal y como dice Ismael, la parte acuática del mundo. El mar siempre me ha enamorado, el horizonte siempre ha tenido en mí un efecto hipnótico debido a su grandeza, su magnitud. Hay una habanera catalana (Mariner de terra endins) que cuenta la historia de un viejo pastor que vive en las montañas y nunca ha visto el mar por falta de dinero y tiempo. Este pastor se encuentra a un viajante que pasa por ahí y le empieza a interrogar sobre el mar: "Com serà el mar Serà blau i gran com diuen? Serà veritat que de nit és com la plata? Tothom qui el veu es queda ple d'enyorança...". En fin, para un servidor amante del mar y sus misterios, el abanico de posibilidades se abría a un número no bajo de lecturas, pero al fin elegí un clásico al que le tenía muchas ganas desde hacía mucho tiempo. Hoy os traigo Moby Dick, de Herman Melville.
Conocemos a Ismael, un marinero que, con ganas de ver mundo, se enrola en un barco ballenero (el Pequod). Pronto conoce al capitán Ahab, protagonista real de la historia, un veterano marinero que ha recorrido todos los mares durante muchos años cazando ballenas. Sin embargo, un oscuro y secreto propósito ocupa toda la mente del voluble capitán; en su anterior encuentro con la ballena blanca en el Océano Pacífico le destrozó su barco y le mutiló la pierna. Los tripulantes del barco, entre ellos Ismael, no tardan en descubrir que el objetivo real de esa embarcación no es cazar ballenas para vender luego su aceite, sino que se han visto arrastrados a la venganza que el capitán Ahab prepara contra su obsesión; la temida ballena blanca que todos los balleneros llaman Moby Dick.
¿Quién no conoce la historia de la atroz ballena blanca? ¿Quién no ha visto alguna pintura de un barco hundiéndose por su terrible ataque? Ha sido realmente un placer para mí finalmente leer este libro, conocer a personajes como Quiqueg, un indio que Ismael conoce en New Bedford y que no tardan en, aun las diferencias, trabar una gran amistad. Sin embargo, el protagonista real de la novela es el capitán Ahab, pues Ismael y Quiqueg una vez embarcados se difuminan y el primero se vuelve un narrador que observa constantemente a Ahab. El capitán Ahab, con una larga trayectoria en las travesías de los balleneros, está completamente obsesionado en dar muerte a Moby Dick. Nada más importa, ni su familia, ni el dinero, ni la integridad de los demás tripulantes. Él es la sola idea de acabar con la ballena blanca, y sin este deseo sería un hombre hueco y vacío.
Se trata de una narración lenta y detallada, con un vocabulario rico y reflexiones realmente impresionantes. Sin embargo, esto me lleva a lo que realmente no me ha gustado de la lectura. El libro empieza a un ritmo sano, aun con largas descripciones la historia avanzaba y conocemos a Quiqueg, su amistad con Ismael y cómo eligen el barco en el que probablemente pasarán tres años buscando ballenas por dos grandes océanos. Sin embargo, desde que embarcan hasta el gran y famoso final de este libro la historia queda en segundo plano y Melville nos introduce en un tratado o ensayo sobre el mar, el trabajo de ballenero y la anatomía y naturaleza de los cetáceos y, más concretamente, los cachalotes.
Aunque en ocasiones resultaba interesante aprender sobre estos maravillosos seres que son las ballenas, este ya casi desaparecido oficio que es el ballenero o este impresionante paisaje que es el mar, para mí, un lector que andaba en busca de una historia de aventuras, leer cientos y cientos de páginas sobre estos temas, pausando por completo la narración y la evolución de sus personajes, me resultó molesto y aburrido.
En conclusión, aunque es innegable la calidad narrativa, que se unen a una historia ya legendaria de la literatura con unos personajes inolvidables, la lectura de Moby Dick me ha dejado algo decepcionado. Me esperaba mucha más acción, más aventura, pero durante todo el centro de la historia, es decir mientras dura el viaje que los acerca gradualmente al monstruo marino, el autor enfoca toda su atención en un ensayo biológico completamente prescindible.
Los participantes del reto Trotalibros durante este mes de agosto leemos alguna novela cuyo escenario principal sea el mar o, tal y como dice Ismael, la parte acuática del mundo. El mar siempre me ha enamorado, el horizonte siempre ha tenido en mí un efecto hipnótico debido a su grandeza, su magnitud. Hay una habanera catalana (Mariner de terra endins) que cuenta la historia de un viejo pastor que vive en las montañas y nunca ha visto el mar por falta de dinero y tiempo. Este pastor se encuentra a un viajante que pasa por ahí y le empieza a interrogar sobre el mar: "Com serà el mar Serà blau i gran com diuen? Serà veritat que de nit és com la plata? Tothom qui el veu es queda ple d'enyorança...". En fin, para un servidor amante del mar y sus misterios, el abanico de posibilidades se abría a un número no bajo de lecturas, pero al fin elegí un clásico al que le tenía muchas ganas desde hacía mucho tiempo. Hoy os traigo Moby Dick, de Herman Melville.
Conocemos a Ismael, un marinero que, con ganas de ver mundo, se enrola en un barco ballenero (el Pequod). Pronto conoce al capitán Ahab, protagonista real de la historia, un veterano marinero que ha recorrido todos los mares durante muchos años cazando ballenas. Sin embargo, un oscuro y secreto propósito ocupa toda la mente del voluble capitán; en su anterior encuentro con la ballena blanca en el Océano Pacífico le destrozó su barco y le mutiló la pierna. Los tripulantes del barco, entre ellos Ismael, no tardan en descubrir que el objetivo real de esa embarcación no es cazar ballenas para vender luego su aceite, sino que se han visto arrastrados a la venganza que el capitán Ahab prepara contra su obsesión; la temida ballena blanca que todos los balleneros llaman Moby Dick.
¿Quién no conoce la historia de la atroz ballena blanca? ¿Quién no ha visto alguna pintura de un barco hundiéndose por su terrible ataque? Ha sido realmente un placer para mí finalmente leer este libro, conocer a personajes como Quiqueg, un indio que Ismael conoce en New Bedford y que no tardan en, aun las diferencias, trabar una gran amistad. Sin embargo, el protagonista real de la novela es el capitán Ahab, pues Ismael y Quiqueg una vez embarcados se difuminan y el primero se vuelve un narrador que observa constantemente a Ahab. El capitán Ahab, con una larga trayectoria en las travesías de los balleneros, está completamente obsesionado en dar muerte a Moby Dick. Nada más importa, ni su familia, ni el dinero, ni la integridad de los demás tripulantes. Él es la sola idea de acabar con la ballena blanca, y sin este deseo sería un hombre hueco y vacío.
Se trata de una narración lenta y detallada, con un vocabulario rico y reflexiones realmente impresionantes. Sin embargo, esto me lleva a lo que realmente no me ha gustado de la lectura. El libro empieza a un ritmo sano, aun con largas descripciones la historia avanzaba y conocemos a Quiqueg, su amistad con Ismael y cómo eligen el barco en el que probablemente pasarán tres años buscando ballenas por dos grandes océanos. Sin embargo, desde que embarcan hasta el gran y famoso final de este libro la historia queda en segundo plano y Melville nos introduce en un tratado o ensayo sobre el mar, el trabajo de ballenero y la anatomía y naturaleza de los cetáceos y, más concretamente, los cachalotes.
Aunque en ocasiones resultaba interesante aprender sobre estos maravillosos seres que son las ballenas, este ya casi desaparecido oficio que es el ballenero o este impresionante paisaje que es el mar, para mí, un lector que andaba en busca de una historia de aventuras, leer cientos y cientos de páginas sobre estos temas, pausando por completo la narración y la evolución de sus personajes, me resultó molesto y aburrido.
En conclusión, aunque es innegable la calidad narrativa, que se unen a una historia ya legendaria de la literatura con unos personajes inolvidables, la lectura de Moby Dick me ha dejado algo decepcionado. Me esperaba mucha más acción, más aventura, pero durante todo el centro de la historia, es decir mientras dura el viaje que los acerca gradualmente al monstruo marino, el autor enfoca toda su atención en un ensayo biológico completamente prescindible.
Siguiente parada: septiembre, Japón. |
17 comentarios
Lo tengo en lista porque es un clásico entre los clásicos...
ResponderEliminarpero no creo que me vaya a gustar mucho x)
No es de mi estilo
un bsito
Al igual que tu, siempre me ha apasionado el mar y todo lo que hay dentro, pero esta lectura siempre me ha impuesto un gran respeto. Me ha gustado descubrir que hay una parte biológica en la novela pero no sé si me compensará. Quizás ya lo hayas leído pero no puedo dejar de recomendarte Lobo de mar de Jack London. Aventuras y reflexión todo en uno.
ResponderEliminarSaludos!
¡Qué casualidad! Para el mes de agosto, dedicado al mar, estaba precisamente entre la lectura que me propones y la que he reseñado. No olvidaré tu recomendación, ¡gracias!
EliminarQué penita que no te haya convencido. Lo de que sobra mucha biología marina es algo en lo que coincide casi todo el mundo, y la principal razón por la que aún no me he atrevido con esta novela... Pero caerá tarde o temprano, porque es uno de los tochos a los que más ganas tengo.
ResponderEliminarPues no se me ocurre una mejor lectura para el reto "marino" que este clásico. Entiendo lo que comentas sobre la pequeña decepción (no literaria sino de biología) que comentas, pero eso es lo que pasa con estas grandes obras a veces: hemos leído tanto sobre ellas, comentarios, halagos, exageraciones, mitos y leyendas... que cuando la leemos nosotros a veces entramos en contradicción con la leyenda que se ha creado al respecto. Hace poco leí una magnífica traducción de "frankenstein" de Mary Shelley, ¡quedé encantada! Estos clásicos hay que experimentarlos en primera persona, siempre, aunque a veces sea para desencantarnos (o no). Bss
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarAww yo a este libro lo recuerdo con mucho cariño y es que fue uno de mis primeros acercamientos literarios, yo sé que puede parecer pesado a ratos, pero creo que lo demás lo compensa.
¡Saludos!
Había oído hablar de esa parte de Moby Dick que parece más un manual de biología, y por eso es un libro que no me atrevo a leer. Incluso con esa edición tan tentadora...
ResponderEliminarSaludos.
Nunca lo he leído pero es que no me llama nada de nada este clásico, uno de los pocos que no quiero leer. Un abrazo! :)
ResponderEliminaryo si lo leeré no me importa el rollo cientifico jaja o de biologia!
ResponderEliminarClasicazo que tengo pendiente =)
ResponderEliminarBesotes
A mí también me decepcionó. Para colmo de males la tuve que leer en inglés y para mí fue un martirio. Lo siento por Melville pero él y yo, no congeniamos. Besos.
ResponderEliminarPese a que el libro no ha terminado de convencerte tengo curiosidad por leerlo.
ResponderEliminarHola. No lo he leído aunque tengo curiosidad y espero leerlo en algun momento. Pero me han dicho que es bastante pesado...Así que a ver que me parece. Un beso
ResponderEliminarTengo la estantería la misma edición que tu, que me regalaron, y me da una pereza infinita leerlo, pero después de leer tu reseña..aun me da más xD
ResponderEliminarA ver si cae algún día. Un beso!
¡Hola!
ResponderEliminarMe quería hacer con la edición que tienes pero al final acabé con una de 2ª mano, ya solo me queda leerlo XD
Por cierto, esos últimos párrafos en los que dices que se centra más en el aspecto descriptivo de los cetáceos y el mar en vez de en las aventuras me ha recordado muchísimo a la novela corta de Poe, Las aventuras de Arthur Gordon Pym, ya que también trata de un viaje en barco. En un principio Poe pretendía escribir una especie de crónica náutica por fascículos en un periódico pero no pudo evitarlo y acabó con uno de sus finales misteriosos y ambientes sobrenaturales. El caso es que le pasa igual, el ritmo resulta súper pausado en esos momentos en los que solo te describe cómo se maneja un barco, sus partes, los tripulantes,...
En fin, a lo que iba, que me ha gustado tu entrada^^
¡Un saludo!
Yo aún no leo el de este mes (y tampoco he terminado el de julio, ya que estamos) pero es que no sé cual elegir, estoy dudando entre este, el de Jack London o Vida de Pi xD
ResponderEliminarY que lástima que no te convenciera mucho, pasa a veces con los libros que menos te esperas que pase. Espero que a mi me vaya mejor.
Lo leí de pequeña, y es uno de esos clásicos que espero releer cuando tenga tiempo. Biquiños!
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