París era una fiesta, de Ernest Hemingway
15.6.15"La gente que interfería en tu vida siempre lo hacía por tu bien, y finalmente me di cuenta de que lo que querían era que te sometieras por completo, que no te diferenciaras del modelo superficial comúnmente aceptado y que después te difuminaras como lo haría un viajante en una convención, del modo más aburrido y estúpido que se pueda imaginar. Nada sabían de nuestros placeres, ni de lo mucho que nos divertía estar condenados, no lo sabrían ni podrían saberlo jamás. Nuestros placeres, que eran los de estar enamorados, eran tan sencillos y a la vez tan misteriosos y complicados como una simple fórmula matemática que puede representar toda la felicidad o bien el fin del mundo."
Los que ya habéis leído varias de mis reseñas sabréis de mi relación amor-odio con el Nobel estadounidense Ernest Hemingway. Por un lado está su vida llena de emociones y libros tan buenos como Adiós a las armas o El viejo y el mar. Sin embargo, por otro lado está su estilo, que a veces puede llegar a resultar tedioso y aburrido, con libros tan soporíferos como Verdes colinas de África. Y aun así, cuando vi que este mes en el reto Trotalibros nos tocaba visitar la ciudad de las luces no dudé ni un segundo en qué libro ponerme a leer. Hoy os traigo París era una fiesta, de Ernest Hemingway.
Admito que me acerqué a este libro a través de una de mis películas favoritas, que se inspiró en él: Midnight in Paris, de Woody Allen. En este largometraje conocemos a Gil, un escritor de guiones para Hollywood, que visita París con su prometida y sus suegros. Gil está enamorado de esta ciudad o, más bien, de su pasado bohemio: es un admirador de la Generación Perdida, de Hemingway, de Scott Fitzgerald... Sin embargo, su prometida, Inez, insiste en que abandone la escritura de su libro, ponga los pies en el suelo y se concentre en lo que les da dinero, es decir, los guiones. Una noche Gil sale a pasear y, sorprendentemente, consigue viajar en el tiempo hasta el París de los años veinte, conociendo en persona a todas aquellas figuras que ha admirado. En definitiva, viaja al París de cuando era una fiesta.
"Cerré la libreta con el cuento dentro y me la metí en el bolsillo de la cartera, y pedí al camarero una docena de portugueses y media jarra del blanco seco que allí servían. Al terminar un cuento me sentía siempre vaciado y a la vez triste y contento, como si hubiera hecho el amor, y aquella vez estaba seguro de que era un buen cuento, aunque para saber hasta dónde era bueno había que esperar a releerlo al día siguiente."
París era una fiesta es el libro póstumo de Ernest Hemingway. Lo escribió en su casa de Cuba durante los últimos años de su vida y lo hizo para cumplir la promesa de inmortalizar los años más felices de su vida, cuando tenía poco dinero y vivía en París junto a su primera esposa Hadley. Así, Hemingway revive el origen de la Generación Perdida, el ambiente bohemio de los cafés parisinos, la librería Shakespeare & Co. y detalles sobre figuras increíbles que coincidieron en esa época en la ciudad; Gertrude Stein, Sylvia Beach o Scott Fitzgerald y su esposa Zelda. Se trata de un diario que se compone de anécdotas independientes, aunque todas comparten el telón de fondo de la capital francesa y la esencia de la Generación Perdida.
Aunque debo admitir que algunos capítulos me han llegado a aburrir, hay dos personajes en concreto que me llamaron mucho la atención y solo por las cuales, a mi parecer, vale la pena leer este libro. La primera es Gertrude Stein, en cuyo hogar (27 rue de Fleurus) confluían grandes talentos del momento: desde Hemingway mismo a Pablo Picasso, pasando por muchos más. Sin embargo, el punto fuerte del libro es, a mi parecer, el matrimonio Fitzgerald.
"Su talento era tan natural como el dibujo que forma el polvillo en un ala de mariposa. Hubo un tiempo en que él no se entendía a sí mismo como no se entiende la mariposa, y no se daba cuenta cuando su talento estaba magullado o estropeado. Más tarde tomó conciencia de sus vulneradas alas y de cómo estaban hechas, y aprendió a pensar pero no supo ya volar, porque había perdido el amor al vuelo y no sabía hacer más que recordar los tiempos en que volaba sin esfuerzo."
Ernest Hemingway presenta aquí a Scott Fitzgerald sin la censura típica que se debe a la lealtad. Lo muestra con todas sus rarezas e inseguridades. Aunque al principio al narrador no le cae nada bien, cuando lee un borrador de El gran Gatsby y se percata de su enorme talento asume la responsabilidad de ayudar a Fitzgerald. Y es que este escritor sufría constantemente debido a su mujer, Zelda Fitzgerald, con terribles problemas psicológicos y muy celosa del éxito de su esposo.
Siempre he querido ir a París, pero también siempre atraso las ocasiones que se me presentan por miedo a que la ciudad me decepcione, que no sea como yo me la he imaginado. Temor de encontrarme los cafés parisinos llenos a petar de turistas curiosos y no tener la oportunidad de Gil de viajar a su pasado a medianoche. Soy un enamorado del París de los años veinte, llena de gente ansiosa por perderse por sus calles mágicas y sus noches infinitas. Hemingway me ha dado la oportunidad, con este libro, de visitar, a través de sus letras, esta ciudad hoy desaparecida.
En conclusión, un libro perfecto para los amantes del París de los años veinte y la Generación Perdida y los lectores sedientos de saber cómo eran las vidas de los autores de sus libros favoritos. Aunque no es de ficción, sin duda es de los libros que más me han gustado de Hemingway. Si os gustó Midnight in Paris no podéis dejar escapar este libro, aunque cabe advertir de un peligro: es consecuencia segura de la lectura de este libro un aumento sustancial de vuestra lista de libros por leer.
"Si tienes la suerte de haber vivido en París cuando joven, luego París te acompañará, vayas adonde vayas, todo el resto de tu vida, ya que París es una fiesta que nos sigue"
"Si tienes la suerte de haber vivido en París cuando joven, luego París te acompañará, vayas adonde vayas, todo el resto de tu vida, ya que París es una fiesta que nos sigue"
Siguiente parada: julio, California. |
9 comentarios
París es una ciudad que no consiguió enamorarme...
ResponderEliminares verdad que sólo he ido una vez, pero no me impactó
en cambio Londres, Berlín, Frankfurt o Roma se quedaron un cachito de mí, aunque obviamente tengo mis preferencias...
En cuanto a la obra, me parece interesante.. tengo pendiente leer a Hemingway
ya para la uni he leído algunas cosas, por su faceta periodística, pero aún ningún libro suyo
a ver si me animo
un besote
Mi libro favorito de Hemingway es "The Sun also rises", traducido al castellano como "Fiesta", igual que la película con Ava Gardner basada en la novela. Un retrato demoledor de la Lost Generation- París, Pamplona en San Fermín, hectolitros de absenta. Si no lo has leído, te lo recomiendo.
ResponderEliminarsaludos
Pues te reconozco que no he leído nada de Hemingway, posiblemente no me acerque a él con este libro, pero reconozco que me parece muy interesante.
ResponderEliminarGracias por la reseña.
De Hemingway solo he leído El viejo y el mar y me quedé con ganas de más. Este me parece una opción fantástica para continuar
ResponderEliminarBesos
Hola Jan!
ResponderEliminarLo leí hace unos meses y me sorprendió, en principio porque no era lo que esperaba pero conforme iba leyendo me iba convenciendo y finalmente me gusto mucho. Aunque reconozco que la percepción que me dio del autor no fue tan grata como su libro.
No he visto la película Midnight in Paris pero tomo nota ^^
Besos!!
Este es el único libro del autor que me apetece leer, porque me da que no conectaré demasiado con sus letras... Pero París bien vale una misa y es una de mis ciudades favoritas del mundo, que nunca me decepciona a pesar de mis expectativas... Así que lo acabaré leyendo seguro. 1beso!
ResponderEliminarLo tengo pendiente!!
ResponderEliminarHace muchos años que leí El viejo y el mar y no me acabó de hacer tilín... pero tengo ganas de volver a leer al autor.
Besotes
Oh! mon amie, cuanto disfruté de este libro y por lo que veo tu tampoco lo has pasado nada mal. La sensación que tuve al acabarlo era la de haberme adentrado en el París profundo, exactamente igual que con Medianoche en París.
ResponderEliminarUn saludo!
Hola buenas , en uno de los primeros capítulos hemingway habla con stein sobre la homosexualidad, y hacen alusión a un escritor "corrupto" en Milán. ¿Alguien sabe de quién se trata?
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