Todos mis cuentos, de Ana María Matute
5.1.15
Antes de nada, espero que hayáis pasado una feliz Navidad y Nochevieja y esta noche los Reyes os dejen muchos libros debajo el árbol para acabar bien estas vacaciones. Dejadme desearos también, aunque tarde, un feliz dos mil quince. Disculpad este silencio de doce días en el blog, silencio que rompo hoy con fuerza.
Si existe alguna manera de incentivar el amor por las historias y por la lectura entre los niños que aún no han aprendido a leer, esta es el cuento. Desde pequeños nos han acompañado antes de ir a dormir y, aunque quizás en aquel momento solo disfrutáramos de algún escenario, personaje o ilustración que, con la irreductible imaginación infantil, la hacíamos nuestra, a medida que hemos ido creciendo hemos cambiado nuestra manera de ver aquel cuento. A veces lo matamos cuando lo intentamos volver a leer desde una perspectiva adulta y racional, separando lo que es posible o creíble de lo imposible o inverosímil. Sin embargo, otras veces somos capaces de leerlos con la ingenuidad y sencillez de un niño, pero a la vez entendiendo sus metáforas y sentidos. Solo cuando somos capaces de hacer esto sentimos que el cuento ha crecido con nosotros, que aprendemos otra vez del suave vaivén que ya nos hizo volar cuando queríamos ser astronautas o princesas y nuestra imaginación no conocía límites.
Si existe alguna manera de incentivar el amor por las historias y por la lectura entre los niños que aún no han aprendido a leer, esta es el cuento. Desde pequeños nos han acompañado antes de ir a dormir y, aunque quizás en aquel momento solo disfrutáramos de algún escenario, personaje o ilustración que, con la irreductible imaginación infantil, la hacíamos nuestra, a medida que hemos ido creciendo hemos cambiado nuestra manera de ver aquel cuento. A veces lo matamos cuando lo intentamos volver a leer desde una perspectiva adulta y racional, separando lo que es posible o creíble de lo imposible o inverosímil. Sin embargo, otras veces somos capaces de leerlos con la ingenuidad y sencillez de un niño, pero a la vez entendiendo sus metáforas y sentidos. Solo cuando somos capaces de hacer esto sentimos que el cuento ha crecido con nosotros, que aprendemos otra vez del suave vaivén que ya nos hizo volar cuando queríamos ser astronautas o princesas y nuestra imaginación no conocía límites.
Cuando me enteré de que Ana María Matute, una de las escritoras más valoradas y apreciadas en España, había fallecido me avergonzó el hecho de que no había leído nada de ella. Así, al instante decidí ponerme a leer su obra empezando por su última obra incompleta, Demonios Familiares, y siguiendo por sus cuentos. Al menos en España hay dos maneras de leer sus cuentos. La primera es comprarlos uno por uno, disfrutando de las excelentes ediciones de Editorial Destino y las maravillosas ilustraciones de Albert Asensio que acompañan la narración, pero también de sus escalofriantes precios. La segunda es la opción práctica y la que mima más el bolsillo de los lectores. Se trata de una recopilación de los nueve cuentos de la escritora editada por Debolsillo por el estupendo precio de nueve euros, y cuando digo estupendo lo digo porque es menos de lo que vale un solo cuento de la primera opción. Yo, como ya habréis deducido, me decanté por la segunda opción. Hoy os traigo, pues, Todos mis cuentos, de Ana María Matute.
En el primer cuento, El saltamontes verde, conocemos a Yungo, un niño huérfano al que al tercer día de nacer le robaron la voz. Aunque es adoptado por una granjera piadosa nadie cuenta con él porque todo el pueblo cree que es tonto por el hecho de no poder hablar. Un día Yungo salva a un saltamontes capaz de hablar de unos niños crueles que iban a ahogarlo y de ese encuentro nace una amistad inquebrantable. Juntos parten para encontrar la voz de nuestro protagonista. Empezamos con un cuento corto pero matón, con una moraleja clara y un final inesperado de los que dan que pensar.
El segundo cuento lo deberían leer todos los banqueros que han provocado esta crisis y han hecho sufrir a tantas y tantas familias. En El aprendiz un viejo llamado Ezequiel, de corazón egoísta y ambicioso, llega a un pueblo que hasta el momento había sido tranquilo y pacífico y lo somete prestando dinero, imponiendo duros plazos y exigiendo intereses. Un día llama a la puerta un niño para ser su aprendiz, proponiéndole hacer mucho trabajo a cambio de un sitio donde dormir. El viejo acepta vislumbrando el beneficio que le puede sacar al ingenuo niño sin saber las enormes consecuencias que tendrá en su vida y en la del pueblo entero.
En el siguiente cuento conocemos El caballito loco, un caballo que, por envidia, es despreciado y marginado de una manada de caballos. Su madre es la única que es capaz de ver el corazón puro y bondadoso de su hijo. Aun así el caballito loco empieza a sentir curiosidad por los humanos y cada se acerca más a una aldea cercana hasta que conoce a Carboncillo, un niño al que le regalará una amistad paciente y irrompible. En este cuento se refleja la estupidez humana y el valor de las amistades que muchas veces no se ven o no apreciamos pero siguen allí, como las estrellas.
El protagonista del cuarto cuento es Bongo, un niño que desde muy pequeño fue adoptado por un herrero despreciado por el pueblo. De repente la guerra llega a la población y todo es destrucción. Bongo, desesperado, busca al herrero pero no lo encuentra. Sin embargo, aparece Carnavalito para salvarlo y escapar de allí, iluminando de esperanza todos los corazones melancólicos con la música de su armónica. En Carnavalito, al igual que en El saltamontes verde, Ana María Matute defiende las mentiras que infunden esperanza y felicidad a los inocentes.
En El polizón del "Ulises" conocemos a Jujú, un niño adoptado por tres hermanas solteras muy diferentes entre ellas pero que comparten su inmenso amor por él. Es un niño aventurero, que sueña con surcar algún día los mares y tiene una relación muy estrecha con su perro, Contramaestre. Su vida cambia cuando escapa de una prisión cercana un presidiario. Jujú lo encuentra herido y se vuelca en ayudarlo. Se trata de un cuento más largo que los anteriores pero también más intenso y profundo. La última frase es la perfecta para cerrar este relato.
En el siguiente cuento conocemos a Paulina, una niña huérfana de diez años que hasta el momento ha vivido con su amargada tía Susana en la ciudad, pero debido a una enfermedad por la que pasa el médico le recomienda los aires de la naturaleza. Debido a esto se va a vivir con sus abuelos a la montaña, donde conocerá a Nin, un niño ciego de su misma edad, y donde pasará un invierno lleno de descubrimientos. En este cuento se transmite el valor de la amistad y la generosidad, que encajan perfectamente con los elementos escénicos y temporales: la naturaleza en todo su resplandor con la Navidad.
En El País de la Pizarra Ana María Matute nos lleva al reino fantástico de Cora-Cora, donde la princesa desaparece misteriosamente durante la clase, cuando se disponía a resolver un cálculo matemático. Los hijos del carpintero real y del profesor real, el máximo sospechoso de dicha desaparición, deciden encontrar a la princesa. Me ha parecido que esta es una gran historia, con muchas posibilidades (el conflicto entre las letras y los números no tiene desperdicio) pero me he quedado con la sensación de que con este cuento Matute tenía prisa. Quizás es porque crea mundos fantásticos pero me ha parecido un cuento incompleto.
La protagonista de Sólo un pie descalzo es Gabriela, una niña que siempre pierde un sólo zapato y, debido a esto, se gana la antipatía de su numerosa familia. Sin embargo, no tarda en huir a través de los cuentos y los libros al País del Pie Descalzo, donde viven todos los objetos incompletos, "mal calzados". Este cuento no es de los que más me han gustado ya que es muy abstracto y es fácil perderse, no tiene una dirección clara. En fin, no me acabó de convencer.
El verdadero final de la Bella Durmiente es mi cuento favorito y el último de este libro. Así empieza: "Todo el mundo sabe que, cuando el Príncipe Azul despertó a la Bella Durmiente, tras un sueño de cien años, se casó con ella en la capilla del castillo y, llevando consigo a la mayor parte de sus sirvientes, la condujo, montada a la grupa de su caballo, hacia su reino. Pero, ignoro por qué razón, casi nadie sabe lo que sucedió después." Este cuento tiene las virtudes de los demás (la imaginación ilimitada, la fantasía desbocada, los personajes tiernos) y corrige lo que me ha fallado en muchos de ellos (no es abstracto, hay acción y aventura, con un final digno, etc.)
En conclusión, he disfrutado con la lectura de todos los cuentos de Ana María Matute, y me siento bien que haya cubierto ya esta rama esencial de su literatura. Hay unos cuentos que me han gustado más (El Polizón del "Ulises", Paulina y El verdadero final de la Bella Durmiente) y hay otros que no me han acabado de convencer (Carnavalito, El País de la Pizarra y Sólo un pie descalzo), pero el balance es muy positivo. No creo que tarde en estrenarme con sus novelas.
En El polizón del "Ulises" conocemos a Jujú, un niño adoptado por tres hermanas solteras muy diferentes entre ellas pero que comparten su inmenso amor por él. Es un niño aventurero, que sueña con surcar algún día los mares y tiene una relación muy estrecha con su perro, Contramaestre. Su vida cambia cuando escapa de una prisión cercana un presidiario. Jujú lo encuentra herido y se vuelca en ayudarlo. Se trata de un cuento más largo que los anteriores pero también más intenso y profundo. La última frase es la perfecta para cerrar este relato.
En el siguiente cuento conocemos a Paulina, una niña huérfana de diez años que hasta el momento ha vivido con su amargada tía Susana en la ciudad, pero debido a una enfermedad por la que pasa el médico le recomienda los aires de la naturaleza. Debido a esto se va a vivir con sus abuelos a la montaña, donde conocerá a Nin, un niño ciego de su misma edad, y donde pasará un invierno lleno de descubrimientos. En este cuento se transmite el valor de la amistad y la generosidad, que encajan perfectamente con los elementos escénicos y temporales: la naturaleza en todo su resplandor con la Navidad.
En El País de la Pizarra Ana María Matute nos lleva al reino fantástico de Cora-Cora, donde la princesa desaparece misteriosamente durante la clase, cuando se disponía a resolver un cálculo matemático. Los hijos del carpintero real y del profesor real, el máximo sospechoso de dicha desaparición, deciden encontrar a la princesa. Me ha parecido que esta es una gran historia, con muchas posibilidades (el conflicto entre las letras y los números no tiene desperdicio) pero me he quedado con la sensación de que con este cuento Matute tenía prisa. Quizás es porque crea mundos fantásticos pero me ha parecido un cuento incompleto.
La protagonista de Sólo un pie descalzo es Gabriela, una niña que siempre pierde un sólo zapato y, debido a esto, se gana la antipatía de su numerosa familia. Sin embargo, no tarda en huir a través de los cuentos y los libros al País del Pie Descalzo, donde viven todos los objetos incompletos, "mal calzados". Este cuento no es de los que más me han gustado ya que es muy abstracto y es fácil perderse, no tiene una dirección clara. En fin, no me acabó de convencer.
El verdadero final de la Bella Durmiente es mi cuento favorito y el último de este libro. Así empieza: "Todo el mundo sabe que, cuando el Príncipe Azul despertó a la Bella Durmiente, tras un sueño de cien años, se casó con ella en la capilla del castillo y, llevando consigo a la mayor parte de sus sirvientes, la condujo, montada a la grupa de su caballo, hacia su reino. Pero, ignoro por qué razón, casi nadie sabe lo que sucedió después." Este cuento tiene las virtudes de los demás (la imaginación ilimitada, la fantasía desbocada, los personajes tiernos) y corrige lo que me ha fallado en muchos de ellos (no es abstracto, hay acción y aventura, con un final digno, etc.)
En conclusión, he disfrutado con la lectura de todos los cuentos de Ana María Matute, y me siento bien que haya cubierto ya esta rama esencial de su literatura. Hay unos cuentos que me han gustado más (El Polizón del "Ulises", Paulina y El verdadero final de la Bella Durmiente) y hay otros que no me han acabado de convencer (Carnavalito, El País de la Pizarra y Sólo un pie descalzo), pero el balance es muy positivo. No creo que tarde en estrenarme con sus novelas.
Y vosotros, ¿conocéis algún/na escritor/a español/a de cuentos recomendable?
7 comentarios
Me encantaria probar a la autora :)
ResponderEliminarTengo ganas de ponerme con la autora
ResponderEliminaren principio creo que primero leeré el Rey Gudú y Aranmanouth
y puede que luego (si los encuentro en la biblio) me lea los cuentos ^^
no sé si me llegará o no la autora, pero curiosidad tengo
un besito
No conocía la historia pero la verdad, no pinta mal. Me alegro de que lo disfrutaras.
ResponderEliminarY yo conozco a Gloria Fuertes, que también solía escribir cuentecitos xDD
Un beso <3
Me ha encantado recordar todos estos cuentos. De pequeña tenía (y sigo teniendo) una recopilación ilustrada de la editorial Lumen que creo que incluye la mayoría (alguno hay en tu reseña que no estoy segura de haber leído). Hace tiempo que quiero releerlos porque me parece que de pequeña no les saqué todo el partido. Me recuerdo leyendo a la fuerza "El polizón de Ulises" y se me hacía interminable.
ResponderEliminarPara Reyes me he pedido otro libro suyo de cuentos, "La puerta de la luna", pero como me he pedido tantos no sé si ese será de los que caigan bajo el árbol. Mañana veremos =)
Besos!!
Me alegro de que los hayas disfrutado. Yo los tengo en mis pendientes. Me gustan mucho los cuentos, aunque casi siempre acabo leyendo novela. Un abrazo.
ResponderEliminarQue edición tan bonita. Uno de mis preferidos siempre ha sido "El polizón del Ulises", sin duda, y eso que los he leído casi todos. Por cierto, estos cuentos me parecen perfectos para esta noche de reyes. Creo que junto a Gianni Rodari y a Roald Dahl, es la mejor elección para hoy. Bss
ResponderEliminarVoy a tener que buscar esa edición! Los de Destino son preciosos, pero el precio es una pasada. He leído dos de ellos pero porque me los han prestado, El aprendiz y El saltamontes verde. Y me encantaron.
ResponderEliminarBesotes!!!