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La conjura de los necios, de John Kennedy Toole

2.10.14

"Por ese camino involuntario caminé, llevado de las narices, arrastrado como un palo sin poder animarme. Tuve que resignarme a ser como ellos me ordenaban, a aceptar sus juicios y sus rechazos. A comprobar una vez más que no todos pueden ver más allá de su aliento. A ser víctima de un sistema que hace de gente como yo infelices zombies o incomprendidos. Y hay que tener el espíritu muy bien templado, tal vez como acero damasquino o más, para afrontar semejante fuerza."
Si los lectores, amantes de la buena literatura, viéramos un porcentaje -incluso aunque no estuviera dotado de una exactitud minuciosa- en el que se representaran los grandes libros que habrían marcado un antes y un después y nunca vieron la luz muchos no podríamos evitar una lágrima de rabia e impotencia. Si viéramos la cantidad de novelas que se habrían convertido en grandes clásicos pero que, como un editor decidió que no valía la pena leer más de la primera página para tacharlo de bazofia, nunca se le dieron la oportunidad de llegar al mundo perderíamos la fe en el sistema de edición. Lo demuestra todo lo que tuvieron que luchar reconocidos gigantes de la literatura para publicar sus obras.

Hoy estos desconocidos escritores al menos tienen el mundo digital para darse a conocer, aunque sigue siendo difícil acceder a la gran mayoría de lectores sin la ayuda de una editorial (y si no me creéis preguntádselo E.L. James (Cincuenta Sombras de Grey) o, sin ir tan lejos, a Eloy Moreno (autor de Lo que encontré bajo el sofá) o a Marcos Chicot (El asesinato de Pitágoras). Pero no existía esta puerta en los años sesenta. Por aquel entonces un hombre llamado John Kennedy Toole había escrito un libro que, estaba convencido, era una obra maestra. Sin embargo, la editorial lo rechazó alegando que "no trataba realmente de nada". Este fracaso fue la causa de una depresión que lo llevaría al suicidio en 1969. Gracias a su dominante madre, que después de la muerte de su hijo asedió a un editor hasta convencerlo de leer el libro, hoy todos podemos leer La conjura de los necios, de John Kennedy Toole.

Conocemos a Ignatius J. Reilly, un hombre obeso, arrogante y quisquilloso que, a los treinta y pocos años de edad, aún vive a costa de su madre, a quien, además, trata como una esclava. No sale de su habitación a no ser que sea para ir a coger algo de comer o ir a ver la televisión. Ahora Ignatius, con su bigote grasiento y su gorro verde de cazador, se ve obligado a entrar en el mundo laboral. Fiel a sus extravagantes convicciones hasta las últimas consecuencias saca de quicio a las personas que tienen la desventura de cruzarse con él, ya sea mientras trabaja en una fábrica de pantalones o vendiendo perritos calientes por la calle.

De este ya clásico de la literatura hay tres cosas que me han encantado. La primera son sus excéntricos personajes. Absolutamente todo el torbellino de personajes de la novela -aunque especialmente el protagonista- son extravagantes a su manera. De la forma de hablar hasta sus prejuicios todos son impresionantemente complejos, cada uno a su manera. En la novela se mezclan de una forma cómica creando escenas repletas de divertidos malentendidos.


El segundo elemento que me ha encantado de esta novela es el estilo y el dominio de las palabras que John Kennedy Toole demuestra en cada página. Es impresionante notar cómo con un simple salto de párrafo hemos pasado de la mente de Ignatius a la de su madre, siendo el narrador omnisciente. Todos los personajes son tan dispares que con tan solo las palabras el lector lo intuye. Dicho dominio se denota también cuando habla Ignatius, que, como un Don Quijote moderno que se enfrenta al mundo contemporáneo y liberal, combina su forma de hablar grandilocuente, enrevesada y permanentemente indignada con su ideología estrafalaria.

Por último, no puedo dejar de admirar el final. Un final emotivo y abierto que encaja a la perfección con la historia y consigue aproximar el lector al protagonista. Fue impresionante cómo, después de haber estado toda la lectura anhelando un hecho, cuando llegó no lo recibí con alegría. Ese contraste final, esa chispa de esperanza, da significado al libro entero.

En conclusión, Ignatius me ha recordado inevitablemente a John Kennedy Toole. Incomprendido, con buenos estudios, madre dominadora... Toole se suicidó pensando que a nadie le interesaba su novela y, póstumamente, ganó el Premio Pulitzer. Una historia triste de la literatura cuya moraleja va dedicada a los editores. Si os animáis a leerlo no os preocupéis si al principio, debido al protagonista, se os hace pesada la lectura. Persistid, pues se trata de un libro que no se puede valorar sin tener todas sus piezas. Ignatius es tan complejo como compleja será la relación entre él y el lector.


"Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, 
puede identificársele por este signo: 
todos los necios se conjuran contra él"
Jonathan Swift.

Reseña dedicada a Marta.

16 comentarios

  1. Me acabas de alegrar el día!
    Me alegra que te hayas decidido por fín (te ha costado, eh!). Me alegra que te haya gustado la novela, que hayas disftutado con su lectura y comprobar, una vez más, lo coincidentes que somos en cuanto a literatura. Finalmente, me alegra haber leído la reseña porque, más allá de tus predilecciones y gustos, constato que la calidad de tus escritos siguen un continuo e imparable ascenso.
    No dejes nunca de escribir, con o sin editor.
    Gracias, gracias, gracias, gracias...
    Un beso enorme.
    Nota: estoy tan contenta, tanto, que se me dispara la válvula.

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  2. A mí me encantó de principio a fin, y eso que lo cogí muy recomendado, lo cual da miedo porque tienes muchas expectativas y puedes decepcionarte. Pero para nada fue este el caso. Muy buena reseña y muy buena reflexión la que extrapolas sobre el mundo editorial. Biquiños!

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  3. Es verdad, recuerdo que cuando la leía pensaba cuánto tendría de autobiográfico el personaje de Ignatius, ¿verdad? Me gustó muchísimo la absurdidad que pone de manifiesto en algunas convenciones sociales solo con su apatía y sus pocas ganas de seguir la corriente. Qué pena que fuese un Pulitzer póstumo y que fuese la madre de Toole la que tuviese que suplicar al editor que la leyese siquiera. Bss

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  4. Me has picado la curiosidad. Voy a investigar algo más.

    Un saludo.

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  5. Madre mía, desconocía toda la historia detrás de la publicación de este libro, qué pasada! La conjura de los necios es uno de mis eternos pendientes: siempre que voy a la biblioteca me debato entre si llevármelo o no a casa y al final un temor a no conectar con un libro tan reconocido me acaba ganando. Espero que tu reseña me sirva para quitarme los prejuicios y no seguir postergando este libro, que en el fondo, creo que me gustará bastante. 1beso!

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  6. También desconocía la historia de la publicación de este libro. Vaya historia... Y voy a tener que superar mis miedos con este libro. Seguiré tu consejo y aguantaré firme esas primeras páginas.
    Besotes!!!

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  7. La compro fijo pronto :D

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  8. Conocía la historia, pero porque soy fan de Ignatius. Qué quieres, es una especie de Quijote moderno maldito y un tanto retorcido que me encanta
    Besos

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  9. Un clásico ya que yo todavía no me he animado a leer. Sigue en la lista de pendientes, por lo que algún día le tocará el turno, seguro.

    Un abrazote.

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  10. Hola me he encontrado con tu blog y me ha encantado, sigue así aquí tienes un seguidor más. Espero que nos leamos pronto!


    Saludos

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  11. Me dejas con la sensación de que no leí este libro en el momento adecuado (y por tanto no lo disfruté todo lo que se puede disfrutar) y que por tanto me vendría bien una relectura...
    ¡Besos!

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  12. Me encantó, de principio a final. El personaje no se olvida facilmente...
    Saludos,

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  13. Uno de mis eternos pendientes!

    Besotes

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  14. De momento no creo que lo lea aunque no tiene mala pinta.
    Gracias por la reseña :)

    Un beso

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  15. Me lo leí hace tiempo, y la verdad es que lo vi como un libro muy cómico, no me había planteado ver la profundidad detrás de esa capa de humor absurdo y genial. También es verdad que lo leí siendo adolescente e igual si lo volviera a leer ahora lo vería de otra manera, más acorde a como se enfoca en esta reseña.
    Un saludo

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  16. Había escuchado de esta novela, pero muy por arriba. Entre tu reseña y el comentario de la página de Anagrama (http://www.anagrama-ed.es/titulo/PN_14) me dieron muchas ganas de leerla, así que ya la inserto en mi lista de lecturas :)
    Todo se inserta en el arte del descubrimiento, descubrir tu blog, descubrir esta reseña y descubrir un libro que, desde su inicio, ha sido un descubrimiento :)

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