El Conquistador del Mundo, de René Grousset

20.1.16


"Es nuestro deseo elegirte kan. Cuando te hayas convertido en kan, nosotros cabalgaremos por ti en la vanguardia contra el enemigo. Las más bellas mujeres que hayamos apresado, las hijas de bonitas mejillas, te las traeremos a tu tienda real [ordo-ger]. Los corceles de finas patas te los traeremos al trote. Cuando, dispuestos en semicírculo en las estepas, cacemos bestias salvajes, lo haremos sólo para ti. Si el día de la batalla desobedeciésemos tus órdenes, despójanos de nuestros bienes y de nuestras mujeres, haz rodar nuestras negras cabezas por tierra. Si el día de la paz rompiésemos el pacto, ¡destiérranos lejos de los nuestros en el desierto!". Al pronunciar estos juramentos y estos anatemas, elevaron a Temuyín sobre la alfombra de fieltro y lo proclamaron kan con el nombre, o más bien con el título, de Chinguis Kan, que nosotros hemos convertido en Gengis Kan."


Uno de mis propósitos para este 2016 fue atreverme con nuevos espacios literarios, ya sea ensayo, poesía o biografía. Cuando salió a la venta en seguida me fijé en una de las novedades que presentaba Editorial Acantilado; la biografía de uno de los personajes históricos que siempre me han llamado la atención. Y me tiré a la piscina sin pensarlo dos veces porque me apetecía leer algo completamente diferente.

Existe entre el gigante ruso y el chino un país, igualmente extenso, llamado Mongolia. Las estepas, las montañas y los desiertos dominan el paisaje de este desolado país. En cuanto a sus habitantes, gran parte de ellos son nómadas y casi un tercio vive en la capital, Ulán Bator, la capital de Estado con la temperatura media anual más baja en todo el mundo. Su idioma, el mongol, y los nombres de sus montañas, sus ciudades y sus gentes me recuerdan al vacío y el silencio, solo interrumpidos por el viento reciohelado y constante, que impera las baldías estepas de esos parajes.

"Si los mongoles se convirtieron en la raza de hierro del mundo antiguo fue porque se forjaron en la más áspera de las existencias, con ese clima brutal, en esa tierra de bruscos excesos, cuyos contrastes sólo se equilibran por medio de unos organismos capaces de no sucumbir a la primera adversidad"

Este país, en la actualidad degradado a un ínfimo peso internacional, es lo que queda del Imperio Mongol, el segundo imperio más extenso de la historia y el primero entre los constituidos por territorios continuos. En su momento álgido el imperio llegó a abarcar 33.000.000 km², extendiéndose desde la península de Corea hasta el río Danubio. Para que os hagáis una idea más aproximada, el Imperio Mongol llegó a ser dos veces más grande que el de Alejandro Magno y cuatro veces el Romano.

Cuando yo me percaté de todo esto me quedé atónito. Me di cuenta de que la educación histórica que recibimos enfoca solamente el mundo occidental. En mi caso, mi profesor de Historia nunca llegó a mencionar ni una sola vez este gigantesco Imperio. La biografía escrita por René Grousset se centra en la figura del que lo empezó todo, la persona que unió a las tribus mongolas y conquistó el mundo conocido, uno de los personajes históricos que más admiración y curiosidad suscita: Gengis Kan.

Gengis Kan
Grousset empieza la biografía narrando la historia de los antepasados de Gengis Kan -cuyo nombre de nacimiento fue Temuyín-. Su padre, Yesugei, tenía un alto rango, aunque su poder estaba limitado por la naturaleza de la sociedad mongola, configurada por pequeñas tribus nómadas que estaban constantemente luchando entre ellas. A pesar de haber nacido en una familia que podríamos considerar aristocrática todo cambia cuando Yesuguei es envenando por los tártaros y los clanes abandonan a su familia, dejando a un Temuyín de diez años de edad, su madre y sus seis hermanos en la indigencia. Por si fuera poco, los clanes que una vez juraron lealtad a Yesugei, vuelven con la intención de matar a su heredero, Temuyín, para asegurarse de que este no se vengaría una vez creciera, aunque este consigue escapar de sus zarpas. Y, a medida que Temuyín crece, crecen las ansias de venganza contra los tártaros y los clanes que le dieron la espalda e intentaron acabar con él, va ganando apoyos y, poco a poco, va incrementando su poder. La equidad que demuestra, su astucia en la batalla y sus excepcionales dotes de mando hipnotizarán a los mongoles, que se unificarán bajo su mando y conquistarán las tierras que se esconden tras la Muralla China, los ricos territorios por los que pasa la ruta de la seda y más allá, mucho más allá.

No hace falta que os diga lo interesantísimo que me ha parecido todo lo que he aprendido con esta biografía, extraordinariamente documentada y narrada. Sin embargo, si le tengo que buscar algo negativo, es que Grousset se centra quizás en exceso en datos geográficos que, en su mayoría, no me aportaron nada (y no hacen honor a la promesa de la contraportada que dice tratarse de una biografía tan amena que podría pasar como novela). Las páginas que dedica constantemente el autor a mencionar con exactitud las montañas, ríos, lagos, estepas y ciudades en las que se encontraba  o pasaba Gengis Kan en cada momento las podría haber dedicado en profundizar en su carácter, su intimidad y sus sentimientos, que es lo que a mí más me interesaba. Aunque sería injusto decir esto sin mencionar que, a la que puede, teniendo en cuenta la escasa información contrastada que existe sobre Gengis Kan y la poca tradición de escritura de aquella época en Mongolia, en la que gran parte de lo que sabemos es a través de los bardos, Grousset interpreta los gestos y acciones del Kan para intentar acercarse a su carácter y a sus sentimientos.

Este libro es un ejercicio de acercamiento a la adusta sociedad mongola y a uno de los personajes más enigmáticos y poderosos de la Historia; Gengis Kan. De generación en generación, hasta llegar a hoy, los habitantes de las tierras que fueron conquistadas por él transmiten el terror, la fiereza y la crueldad de los mongoles, jinetes sin piedad que destruyeron, violaron y saquearon ciudades y reinos enteros. El Conquistador del Mundo se centra en Gengis Kan, hoy enterrado en un lugar desconocido en las infinitas estepas mongolas. Un guerrero que pasó de la miseria más absoluta a la persona más poderosa del mundo, de indigente a emperador. Un hombre cruel, severo, brutal e implacable con el enemigo, pero también astuto, justo, leal y afectuoso con sus aliados. El mismo contraste que identifica al pueblo mongol de la época, cuya "lealtad hacia los amigos sólo es equiparable a la perfidia y a la ferocidad con los adversarios".


11 comentarios

  1. Como aspirante a historiadora debo decir que este libro debo leerlo yo sí o sí. Genghis Khan siempre me ha atraído también y lo que di el año pasado sobre los mongoles, me pareció un poco pobre (no daba más tiempo). Y los historiadores franceses son muy profesionales.

    Un saludo.

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  2. ¡Hola! Oh, a mí también me gustaría descubrir nuevos géneros, pero me temo que no tengo tanto tiempo. Y son muchos libros. ;__; Me he dado cuenta de que no leo muchos libros históricos, tampoco ensayos o biografías. Pero me gusta aprender, así que debería tenerlo en consideración. XD Por ejemplo, estoy aprendiendo bastante con Los Miserables. Eso es otra, ¡algún día terminaré el libro! >___<

    Me gustaría ver tus estanterías *_________*
    ¿Cómo ordenas tus libros? Y esas cositas...

    Siempre es un placer leerte.

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  3. Me encanta Acantilado, tiene títulos buenísimos. Además desde que me dijiste que estabas leyendo una monografía sobre Gengis Kan pensé que en las aulas de occidente se habla poco de esta figura, que tuvo mucha más importancia de la que le dan los libros de historia occidentales. La tengo apuntadísima para leer y más ahora después de tu estupenda reseña. Bss

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  4. Como acercamiento a Mongolia y a la figura de Khan me parece interesante.. es una cultura que conozco poco y que me gustaría poder conocer más, la verdad :)
    En cuanto a las estrellas.. ¡qué bonito esto de tener puntuación! Así ya me quedará claro qué te gusta más y que no sin tener que meterme en GR :)
    un beesito

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  5. Me parece muy interesante este descubrimiento tuyo. Un beso

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  6. Me resulta interesante pero los ensayos me cuestan...justo he leído uno de la ganadora de este año del premio nobel de literatura y me encantó así que debería repetir.
    Un beso!

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  7. a mi todo lo histórico me interesa, entonces como no, apuntado!

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  8. Interesantisima tu reseña. Pero por ahora tengo una larga lista de lecturas pendientes.

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  9. Me parece super interesante, aunque no sé si lo leería ahora.
    Lo anoto igualmente =)

    Besotes

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  10. De Gengis Kan leí hace mucho tiempo una novela que no recuerdo el nombre, pero si está en mi memoria todo lo que me aportó. Como a ti me pareció increíble que en el colegio nadie hubiera mencionado a ese imperio.
    En la actualidad no me apetece mucho los libros de ensayo o biografías (salvo quizá las escritas por Zweig del que quiero leerlo todo)
    Besos

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