Cartas cruzadas, de Markus Zusak

6.7.12


"He comprado cuanto necesito para Nochebuena. Más alcohol que comida, por supuesto, y cuando la gente llega, mi choza huele a pavo, a ensalada de col y, cómo no, a Doorman. Durante un rato el pavo se impone, pero el olor de ese perro puede con todo".


Generalmente cuando leo un libro (y me gusta) me informo del autor. Al leer La Ladrona de Libros quise conocer otras obras de Markus Zusak y me enteré de que, en Australia, este joven autor ganó más de un importante premio con "I am the Messenger", libro previo a la anteriormente mencionada obra maestra. Ahora, transcurridos diez años de su primera publicación, la editorial Lumen se ha atrevido a publicarlo en nuestro país con el título de "Cartas Cruzadas" y una tapa que, a mi gusto, refleja la luz que la historia contiene.

Justo ayer, antes de acabar el libro, visité el blog de Elena (enlace en la sección de críticas) y leí su reseña sobre este libro. Me veo obligado a mencionarla antes de empezar con la valoración en si ya que mi opinión es muy paralela a la suya.

La novela es narrada en primera persona, es Ed, el protagonista, quien nos lo cuenta de un modo muy personal e íntimo. Ed no es más que un perdedor. Un desgraciado taxista con una aburrida vida que se limita a servir a su insoportable madre, conducir su taxi, dar de comer a su perro, jugar a cartas con sus infelices amigos y soñar con besar a su amada amiga, Audrey. Este es el círculo que compone su miserable rutina.

Aterrizamos en un banco que está siendo atracado por una serie de ladrones cuando Ed y sus amigos (Marv, Ritchie y Audrey) se encuentran en él. Debo remarcar que la primera escena ya me hizo disfrutar mucho y consigue perfilar muy bien el personaje de Marv -el cual está preocupadísimo porque ha dejado el coche estacionado en una zona de 15 minutos, delante del mismo banco, y el atracador no se digna ni a pagarle la multa cuando así se le pide-.

A partir de esta escena se van desarrollando un seguido de hechos entrelazados que culminan con un naipe y tres direcciones escritas en él. Ed decide no poner fin a este misterioso suceso y dejarse llevar, aunque solo sea para colorear un poco su vida en blanco y negro. No tarda en descubrir que ha sido elegido por alguien para ayudar a gente que lo necesita. Así, descubre que una pequeña acción puede darle un importante empuje a otras vidas (entre esos casos; una mujer que es violada noche sí, noche también y un sacerdote que da sermones sin ilusión por el reducido número de asistentes). Al estar narrado en primera persona sentimos todas sus preocupaciones, remordimientos y temores a flor de piel.

Markus Zusak tiene una manera de narrar que a mí, personalmente, me encanta. Escribe de una forma simple pero extremadamente personal. Llegas a sentirte identificado con algunas de las sensaciones descritas y más de una vez el narrador sale de la historia para preguntarle al lector directamente. Los diálogos son breves y, en mi opinión y a diferencia de "La Ladrona de Libros", impregnados de inocente ironía. Los más de una vez empleados "Lo sé" y "Gracias" demuestran lo consciente que es Ed de su miserable condición y de lo perdedor que es. Todos los personajes gozan de una personalidad única y se hacen querer. Hasta el apestoso, viejo y glotón rottweiler del protagonista, Doorman, se hace querer.

Quizás lo que guste menos a más de un lector es la simpleza con la que es relatada la historia pero, en mi humilde opinión, se trata de una simpleza bella. Con esta forma de narrar tan especial que tiene el autor vemos la metamorfosis que el protagonista experimenta: pasa de ser tristemente conformista a amar a la vida e imponerse. Todo esto a través del misterioso juego de naipes.

El único punto negativo, al igual que señaló Elena en su blog, es el final. Creo que el final es algo muy importante en un libro y después de más de 350 páginas de comedia y, en cierto modo, suspense, parece que el autor haya visto "El Show de Truman" o "Vanilla Sky" en la televisión y se haya inspirado para las últimas cinco páginas del libro. Siempre he defendido los finales sorprendentes y que hacen una vuelta de 360 grados a toda la historia, pero se tiene que hacer bien y con cuidado para que no parezca o se note que es totalmente improvisado. En la última parte del libro los capítulos se acortan y la información se multiplica. ¿Resultado? Una chapuza de final. Me sienta mal tenerlo que decir, ya que todo el libro me ha encantado y he disfrutado enormemente leyéndolo, pero el final ha sido como un empinado barranco después de un hermoso crescendo argumental. La historia de amor entre Ed y Audrey y el asunto Marv también merecían unos finales, por lo menos, más desarrollados.

Sin embargo, y más allá de este único punto negativo, si te gustó la obra maestra de Markus, este libro tiene muchos puntos a favor de que te guste (aunque debo coincidir con la mayoría de las críticas al apuntar que no se puede comparar con "La Ladrona de Libros").

En general, una lectura amena, fresca, entretenida, amable, rápida, de verano, que te hace pensar y te saca más de una sonrisa. La recomiendo.


3 comentarios

  1. Tengo ganas de leer este libro, pinta muy bien y tengo pendiente de lectura el anterior libro del autor.

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  2. Yo le leí la ladrona de libros y me encantó, puedo decir que es de mis libros favoritos, y no sé si atreverme con este, ya que no lo ponen tan bien como el otro y tengo miedo llevarme una decepción.. Pero bueno, seguramente termine leyéndolo..

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  3. Yo lo abandoné, me parecía demasiado simple la forma de narrar. El principio es muy interesante pero luego...en fin, y si encima el final es una chapuza veo que no me perdí nada.

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