En lugar seguro - Wallace Stegner.

5.8.17




Querida A.,

Ayer, cuando acabé de leer la última de las páginas de una novela, pensé en ti. Hacía tiempo que no lo hacía y el recuerdo de tus ojos verdes y tu cabello color canela se me presentó en la cabeza como una visita inesperada pero bienvenida. Sé que hace más de cinco años que no nos vemos, lo único que sé de ti es que vives en el distrito de SoHo, en Nueva York. Cuando te fuiste la única prueba que tenía de que habías vivido conmigo durante dos años en ese minúsculo apartamento en el Trastevere fue una nota encima de la mesa de la cocina con tu nueva dirección. Solo ponía tu dirección (con la "k" de Nueva York alargada, como si lo hubieras escrito con prisas, en el último momento, segundos antes de irte para siempre), no dejaste ninguna explicación de porqué podría necesitar tu nueva dirección. Al principio pensé que era una súplica para que te siguiese, para hacer borrón y cuenta nueva al otro lado del charco. Pero a medida que ha pasado el tiempo he llegado a la conclusión que la nota con la dirección era un abrazo, una promesa de amistad eterna, un salvavidas.

¿Te acuerdas que siempre deseaste tener una pareja con quien hacer planes los cuatro? Pese a tu empeño nunca la encontramos, si yo no encontraba conversación con él a ti te molestaba algún comentario, gesto o mirada de ella. El libro que me ha recordado a ti es sobre la amistad entre dos parejas, una gran amistad que, con sus altos y sus bajos, con sus tiras y aflojas, se mantiene a flote a través del tiempo e incluso llegan a formar una especie de familia en la que la personalidad de cada uno encuentra su lugar. Todo empieza cuando en plena Depresión Larry y Sally Morgan, recién casados y pobres, llegan a Madison, Wisconsin, en cuya universidad Larry va a impartir clases de literatura. Allí es donde conocen a Charity y Sid Lang, otro matrimonio joven pero rico. Ambas están embarazadas, ambos imparten clases en la universidad, y así se forja una amistad inquebrantable. Y pasan los años, y se hacen mayores, y llegan los hijos, y llega la enfermedad, y la amistad se modula a los cambios, se adapta a las circunstancias pero nunca desaparece.

Hay un momento en la novela en el que los Lang organizan una fiesta e invitan a los Morgan. Aún no se conocen mucho y cuando estos llegan y se encuentran delante de la puerta Larry hace una reflexión que encarna la incertidumbre, los misterios y las sorpresas de la vida en un timbre:

"No hay nada como el timbre de una puerta para convertir lo potencial en cinético. Cuando estás delante de una puerta y aprietas el botón, algo tiene que pasar. Alguien debe responder; lo que haya dentro, ha de mostrarse. Se responderán preguntas, se disiparán incertidumbres y misterios. Una situación iniciará su camino hacia una conclusión impredecible a través de complicaciones desconocidas. La respuesta a tu llamada puede ser una efusión de llantos de bienvenida, una mirada de sospecha a través de la rendija abierta de la puerta, un disparo a través de la madera, cualquier cosa."

No puedo evitar pensar qué me encontraría si ahora mismo cogiera un vuelo a Nueva York, me dirigiera a la dirección que me dejaste y apretara el timbre. ¿Cómo sonaría el timbre? ¿Estridente, ahogado, suave? ¿Qué encontraría después? ¿Una sonrisa? ¿Una mirada de rencor? ¿Un beso? ¿Un marido sorprendido y extrañado? ¿Un piso vacío? ¿La voz de unos hijos diciendo que su madre les tiene prohibido abrir a desconocidos cuando se quedan solos? ¿Una mujer obesa que me diga que lleva veinte años viviendo allí y que nunca ha oído hablar de una tal A.? ¿Qué me encontraría, A., una vez se abriera aquella puerta?

Sí, hubo un tiempo en que estabas realmente empeñada en encontrar una pareja con quien pudiéramos hacer migas, con quien congeniáramos. Pero no había manera; ni con Paulo y Donna, ni con Alessio y Lucrezia, ni con Giovanni y Margarita, ni con Niccolo y Antonella. Si ya es difícil encontrar una verdadera amistad, mucho más complicado es encontrarla entre cuatro personas. No creo que la amistad entre los Lang y los Morgan se deba tan solo a que se conocen en circunstancias parecidas, sino que en gran parte encuentra su razón de ser en Charity Lang, sin duda el mejor personaje del libro, que su fuerte carácter, su testarudez, su convicción de que solo ella sabe lo que le conviene a todo el mundo y su obsesión por planificarlo absolutamente todo contrastan con su generosidad, su abnegación y su lealtad. La amistad entre los cuatro se mueve de acuerdo con los vientos y las mareas de Charity. Sin embargo, y por mucho que Charity lo planifique todo, la incertidumbre de la vida es ineludible. Nos lo dice Larry:

"Puedes hacer todos los planes que quieras. Puedes estar tumbado en la cama por las mañanas y llenar cuadernos enteros de proyectos e intenciones. Pero en una sola tarde, en cuestión de horas o de minutos, todo lo que planeas y todo lo que has luchado por hacer de ti mismo puede quedar tan deshecho como una babosa a la que cubres de sal. Y hasta en el preciso momento en que te estás disolviendo y convirtiendo en espuma, puede que sigas creyendo que las cosas te van bien."

Quizás es esto lo que nos pasó a nosotros, A. Siempre teníamos la cabeza llena de planes y proyectos y la vida se nos presentaba como un camino llano, fácil, apacible y único a través del cual, con esfuerzo y constancia, alcanzaríamos todos nuestros sueños. "Seamos imposibles de ignorar", que dice Larry, comámonos el mundo. Si nos amábamos así, si nos ceñíamos a nuestros planes, el mundo se configuraría de alguna manera, la muchedumbre nos dejaría paso bailando como en un musical de Broadway, mil manos admiradas por nuestro amor, por nuestra vitalidad, por nuestra alegría, por nuestro talento, nos alzarían y nos llevarían como si fuéramos dos estrellas de rock a donde quisiéramos ir. Pero en un momento tú, yo, nuestros planes, nuestros sueños, nuestra vida en Trastevere, Roma entera con sus runas milenarias y sus templos de mármol, todo se convirtió en espuma. Y entre toda esa espuma una nota con tu dirección en Nueva York, con la "k" alargada, como si lo hubieses escrito con prisas, en el último momento, segundos antes de que todo se disolviera.

En lugar seguro fue publicada en 1987 y en cada una de sus páginas se nota que fue el último libro de Wallace Stegner, se nota que es un libro escrito en el crepúsculo de toda una vida, es un libro que rezuma sabiduría y experiencia. A través de la amistad entre los Morgan y los Lang recorremos toda una vida, con sus éxitos y fracasos, sus buenas y malas noticias y con el paso inexorable hacia la vejez y la senectud.

Cuando lo acabé de leer me sentí triste y vacío como quien contempla el cielo oscuro después de ver desaparecer una gran y brillante estrella fugaz. Tú y yo a la que podíamos leíamos, éramos como Sid en palabras de Charity: "Lee en todas partes, en el metro, en los entreactos del teatro, en los descansos de la sinfónica, en las excursiones, en las citas con las chicas". Nos perdíamos por la librería Dharma o Minimum Fax y elegíamos un libro, comprábamos dos ejemplares, lo leíamos a la vez sin intercambiar sensaciones y opiniones hasta que, cuando lo terminábamos, le dedicábamos una cena. Tú cocinabas pasta en aquella pequeña cocina, yo preparaba la mesa y el vino blanco y, a lo largo de esa cena, solo podíamos hablar del libro, de sus personajes, de sus escenas, de lo que nos había trasladado, de lo que habíamos aprendido de nosotros mismos, de lo que nos había recordado del pasado. Mientras comíamos los espaguetis al dente no hablábamos de trabajo, ni siquiera de nuestros sueños, hablábamos solo y exclusivamente de ese libro. Acabábamos borrachos, discutiendo apasionadamente aspectos del libro que sorprenderían a sus mismos autores, haciendo el amor, dejando la mesa sin recoger, conservando los restos del hechizo -desordenados los platos, los cubiertos, las copas, las servilletas, la botella de vino vacía- hasta que la luz del sol, entrando por la ventana, nos despertaba.

Cuando he acabado En lugar seguro, una historia sobre la amistad, el amor, el paso del tiempo, el esfuerzo, la vida y la muerte (como dice Charity, "no hay nada de literatura decente sobre cómo morir") no he podido evitar imaginarme a ti y a mí discutiendo sobre esta gran novela en aquella mesita, y tú me entenderás cuando te diga que nos imagino como uno solo, no como dos ajenos, y esto es maravilloso. Estoy seguro que me habrías subrayado en lápiz lo que le solía decir a Larry su padre, utilizándolo para convencerme que dejara la abogacía para dedicarme al mundo editorial: "Haz lo que te guste hacer. Probablemente resultará que eso es lo que mejor haces". Echo de menos aquellas cenas, por esto te escribo esta carta, por esto he decidido escribirte una carta por cada libro que lea.


Siempre tuyo,






P.S. Releo esta carta a la que le he dedicado toda una tarde -como dice tío Richard: "lo que es difícil de escribir, es fácil de leer"- y no puedo evitar pensar que quizás y después de estos últimos años has cambiado -o han cambiado tus circunstancias- y te molesta que te mande cartas explicándote cada una de mis lecturas. En tal caso quema todas las cartas que lleven mi nombre en el remitente, caliéntate con el fuego azul de la tinta de mis palabras diluyéndose pero, por favor, no me pidas que deje de escribirte.




FICHA DEL LIBRO
Título: En lugar seguro.
Autor: Wallace Stegner.
Título original: Crossing to Safety.
Editorial: Libros del Asteroide.
ISBN: 9788493659714.
Precio: 21,95€

MI VALORACIÓN

TE GUSTARÁ SI TE GUSTÓ:
Tan poca vida, de Hanya Yanagihara.
La amiga estupenda, de Elena Ferrante.
Amistad de juventud, de Alice Munro.

5 comentarios

  1. Ay, qué ñoña me he puesto de repente...creo que me he emocionado.

    Ahora no es mi momento...volveré.
    Besitos 💋💋💋

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  2. Bonita forma de reseñar. Por supuesto, tomo mnota del título. Un beso!

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  3. Acabo de descubrir tu blog, y es uno de esos parajes virtuales donde te apetece quedarte para siempre. Esta forma de reseñar me ha parecido muy original, pero a la vez, la manera de expresarlo, ha removido muchas cosas en mí, y supongo que los lectores que entren en tu blog tendrán una sensación parecida. Te añado a mi lista de blogs y te invito a pasar por el mío, aunque, bueno, no tiene ni de lejos la calidad del tuyo, pero se hace lo que se puede.

    Felicidades por este espacio, por las lecturas y lo que son capaces de crear en ti.

    Eva.

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  4. Pues no sé si leeré esta novela de Wallace Stegner pero lo que sí he leído dos veces ha sido tu carta ¡es magnífica! Qué grande eres, Jan.
    De Wallace Stegne leí hace años "Ángulo de reposo" y me encantó, guardo un recuerdo especial de esa novela en mi memoria. Pero no tiene nada que ver con "En lugar seguro", me imagino, porque "Ángulo de reposo" va de los primeros pioneros en la Norteamérica de Montana, con aquellos paisajes extraordinarios pisados por vez primera. Besos.

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  5. M'ha encantat la ressenya/carta, es preciosa, m'ha emocionat :)

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