Hijos de la medianoche, de Salman Rushdie

15.2.16


“Nací en la ciudad de Bombay… hace mucho tiempo. No, no vale, no se puede esquivar la fecha: nací en la Clínica Privada del doctor Narlikar el 15 de agosto de 1947. ¿Y la hora? La hora es también importante. Bueno, pues de noche. No, hay que ser más… Al dar la medianoche, para ser exactos. Las manecillas del reloj juntaron sus palmas en respetuoso saludo cuando yo llegué. Vamos, explícate, explícate: en el momento mismo en que la India alcanzaba su independencia, yo entré dando tumbos en el mundo.”


Aunque la reseña llega tarde, os aseguro que el libro que hoy os traigo lo tenía leído desde diciembre pasado. Y lo digo porque con esta lectura acabo mi reto Trotalibros. El último destino asignado fue la India, y me decidí por esta novela que hacía tiempo que me esperaba en la estantería y de la que, además, sé que existe una adaptación cinematográfica. Hoy os traigo Hijos de la medianoche, de Salman Rushdie.

Conocemos a Saleem Sinai quien, ante un inaudito y repentino envejecimiento a sus treinta años de edad, decide escribir, a la vez que le narra a su novia Padma Mangroli, la historia de su familia y de su propia vida remontándose al momento en que su abuelo, Aadam Aziz, volvió a su India natal después de acabar los estudios en medicina siendo un hombre nuevo. Con tan solo llegar se enamora de su paciente, llamada Naseem, la que será la abuela de Saleem, a través del agujero en una sábana. A partir de esas miradas delimitadas, a partir de los dedos nerviosos de Aadam recorriendo el cuerpo de Naseem en busca de sus males, Saleem relata la historia de toda su familia hasta llegar al punto de inflexión de la novela, su nacimiento. Saleem nace en Bombay exactamente cuando las agujas del reloj dan la medianoche el día 15 de agosto de 1947, en el instante en que la India alcanza su independencia. En la habitación del lado nace otro niño en el mismo momento histórico y la enfermera que se encarga de los partos, empujada por un delirio de amor, intercambia a los dos neonatos cambiando sus destinos, condenando al rico a ser pobre y al pobre a ser rico. Además, pronto con el tiempo ambos descubrirán que poseen poderes sobrenaturales y que ellos no son los únicos en poseer tales dones, sino que todos los niños y niñas nacidos en India aquella noche tienen algún tipo de habilidad.

Aunque escribo la reseña meses después de terminar esta lectura recuerdo a la perfección cómo llegué a disfrutar con su lectura, llegando a pensar en que se podía convertir en una de mis mejores lecturas del año.  Lo que me enamoró y atrapó más, la guinda del pastel, fue el realismo mágico con el que Rushdie empapa la historia. Sin esto, Hijos de la medianoche sería otra novela más. Sin embargo, Salman Rushdie ha adaptado este estilo literario que solo he visto en autores latinoamericanos -Gabriel García Márquez, Isabel Allende, Miguel Ángel Asturias...- a la realidad y a la cultura hindúes. Así, la somatización de los personajes que aparecen por la novela llega a extremos insospechados, haciendo que sus estados sentimentales, emocionales y anímicos tengan consecuencias en su cuerpo, en su salud, en el clima, en la atmósfera, en la comida que cocinan. Por ejemplo, si una persona severa, malvada y rencorosa cocina, todo aquel que lo come se impregna un poco de esa severidad, crueldad y rencor. Esto me ha parecido una idea literaria sencillamente genial.

Cien años de soledad ha sido, estoy seguro, una clara referencia e inspiración para Salman Rushdie en esta obra. Al igual que esa, se trata de una historia familiar, la de la familia Sinai. A través del realismo mágico el lector asiste al cambio generacional, a los cambios en la sociedad que -al igual que en La casa de los espíritus, de Isabel Allende-, lleva a la muerte de la magia, de lo bello, excepcional y genuino. Así conocemos los pilares de una familia, sus diferentes personalidades, sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Uno de mis personajes favoritos por su complejidad insondable ha sido Naseem, la abuela del protagonista, que me recordó mucho a la recia madre-abuela de la familia Buendía, Úrsula Iguarán.

Además esta novela repasa la historia reciente de este país único y original que es India, pasando por eventos históricos tan importantes como el enfrentamiento entre hindúes y musulmanes, el asesinato de Mahatma Gandhi, la partición entre India y Pakistán, el golpe militar de Ayub Khan y la dictadura de Indira Gandhi. Sin embargo, la verdadera virtud del autor es presentarlos, no de una forma objetiva como lo haría un catedrático de Historia, sino desde el punto de vista subjetivo de sus protagonistas. No se interesa en cubrir cada momento histórico como el corresponsal de un telenoticias a partir de un seguido forzado y artificial de casualidades, sino introducir solo la cara de los cambios que afecta directamente a sus personajes.

Este no se trató de un amor a primera vista, más bien al contrario. Es un libro muy exigente con el lector, que no puede bajar la guardia, que debe estar atento a cada capítulo, a cada página y a cada frase porque cada palabra es importante. Al principio no me ubicaba, me perdía constantemente e incluso sin haber llegado a la página cien consideré la posibilidad de abandonar la lectura. Pero, por suerte, decidí seguir adelante, y una vez entras en el torbellino devoras el libro sin pausa. Aunque no es un libro lento, sino que mantiene siempre un ritmo muy ágil, no es fácil.

Hay dos cosas que no me han acabado de convencer. La primera ha sido el tema de los poderes sobrenaturales que poseen todos los niños y niñas nacidos en la India entre las doce de la noche y la una de la mañana del día que el país adquiere su independencia. Mientras que la primera parte del libro se centra en la familia del protagonista, la segunda decide dejarla atrás para centrarse en este tema que, a mi parecer, molesta por rebajar una obra formidable a la dinámica de los tebeos de superhéroes. La historia promete mucho, pero al final descarrila desviándose por paraderos insospechados, aunque no precisamente en el sentido de la buena sorpresa e ingeniosos giros inesperados. La segunda cosa que no me gustó fue el final, que sin ser desastroso, no está a la altura de lo que exigía la historia.

Hijos de la medianoche es el primer libro que leo del realismo mágico, ya sabéis que es mi técnica literaria favorita, que no viene de un autor latinoamericano. Se trata de una lectura muy recomendable y con la que se aprende mucho porque repasa toda la historia reciente de la India. No obstante, tiene dos partes totalmente claramente diferentes. La primera se centra en la historia familiar del protagonista, el realismo mágico brilla con toda su belleza, me recordó a Cien años de soledad y es, no hace falta decirlo, la parte que me conquistó. La segunda parte, sin embargo, empieza cuando Saleem Sinai crece, la narración se centra en sus poderes sobrenaturales y los de otros niños, me recordó a X-men y es la parte que no me ha convencido.


Y ante la maravillosa orgía de colores que me ofrece la India, finaliza el reto Trotalibros, con el que tanto he disfrutado y con el que espero que los demás participantes hayan disfrutado igual o más que yo. Gracias a todos.





10 comentarios

  1. Tengo que leer algo de Salman Rushdie por fin. Gracias por la recomendación. Saludos

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  2. Tu reseña me ha dejado intrigada, es posible que la lea.

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  3. ¡Hola! Muchísimas gracias por tu reseña, Jan, pero este libro no creo que me guste porque no es mi estilo, pero me alegro de que a ti te haya gustado. Creo que a un miembro de mi familia le podría interesar, así que se lo recomendaré. Te espero en mi blog, ¡un beso! :)

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  4. ¡Hola! Parece interesante pero no es lo que me apetece ahora mismo. Soy nueva por aquí y me ha gustado mucho tu manera de reseñar. Me quedo por aquí y por supuesto también le doy un vistazo a tu otro blog ^^
    Saludos

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  5. No ha terminado nunca de llamarme la atención este autor. Y aunque veo que en líneas generales te ha gustado, no termina de atraerme.
    Besotes!!!

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  6. ¡Buenas!

    Este libro suena a uno de esos cuya película puedo llegar a disfrutar (al menos en su primera parte), pero cuyo libro no me apetece nunca leer... No soy nada fan del realismo mágico y tengo una especie de enemistad extraña con los autores latinoamericanos, por lo general, que no sé a qué se debe, pero es que si lo pienso, prácticamente ninguna de las obras escritas por ellos que he leído me han gustado o, al menos, esa es la impresión con la que me he quedado...

    Por lo tanto, este libro no me llama la atención. Si añadimos ese corte raro con la mezcla de historias/estilos que comentas y que parece denso, me tomo esta entrada como una anti-recomendación XD

    ¡Saludillos! ♪

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  7. Yo si lo leeria, aunque a ser posible en inglés :)

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  8. Quiero leerlo desde hace tiempo, los libros ambientados en la India me encantan y encima historia familiar con realismo mágico
    Besos

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  9. Oh, suena realmente interesante. :O No conocía el título, la verdad. Siempre nos traes cositas del otro mundo *3* Realismo mágico, ¡me encanta! Me encantaría escribir historias que formen parte de ese género. Creo que es dónde mejor me encontraría. Haruki Murakami tiene una gran parte de culpa, la verdad. Me ha sorprendido que escribieras una reseña de un libro que leíste hace tiempo. No sé si podría. :3

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  10. Esta vez, a pesar de que se nota que lo has disfrutado, no termina de llamarme, al menos de momento
    Besos

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