Verdes colinas de África, de Ernest Hemingway

17.4.15

"Los buenos escritores son destruidos en su país y sus talentos marchitados por exceso de ambición, por los elogios desmedidos, por sus pretensiones de intelectualismo y de superioridad."
Cuando supe que iba a irme a Tanzania de safari con toda mi familia, como buen trotalibros, en seguida me puse a pensar lecturas que se ambientasen en ese paisaje excepcional, esa tierra que ahora, más de una semana después del retorno, permanece en mi memoria con tonos nostálgicos. El primero que encontré fue el del Nobel estadounidense más conocido y popular, que me conquistó con obras tan magníficas como El viejo y el mar o Adiós a las armas. Hoy os traigo Verdes colinas de África, de Ernest Hemingway.

Hay una escena de Midnight in Paris en que Corey Stoll, que interpreta a Ernest Hemingway, mira fijamente al pobre e irresoluto protagonista, Ower Wilson, y sentencia: "Ningún tema es horrible si la historia es veraz. Y si la prosa es limpia y honesta. Y si afirma su valor y elegancia bajo presión." Me acordé de esta escena cuando ya en el prefacio el autor nos advierte de que esta no es una novela normal. Fue una especie de experimento para comprobar si este libro, compuesto exclusivamente de anécdotas reales, con personajes verdaderos y sin insertar ningún decorado emanado de la imaginación, podía competir con una obra de ficción. En Verdes colinas de África Hemingway relata su estancia en Tanzania durante el mes de diciembre de 1933 dedicado a una de sus aficiones más conocidas: la caza mayor.

Como ya habréis deducido, se trata de una narración lineal, formada por varias anécdotas, casi todas centradas en la pasión que comparten Ernest Hemingway y sus compañeros: la caza en la sabana. Este siempre ha sido uno de los escritores que, como persona, me ha llamado más la atención. Algunos lo llaman el escritor que encarna la virilidad hasta sus últimas consecuencias, unos lo aman por su espíritu aventurero y sus virtudes y otros lo detestan por su egocentrismo, sus relaciones con las mujeres y sus defectos. De la misma manera, algunos están impresionados por su obra y otros atribuyen el Premio Nobel por la necesidad de encontrar alguno de Estados Unidos. Lo que es incuestionable es que tuvo tanto una vida como una muerte intensas. 

Por eso, si algo me ha gustado de esta novela es que Hemingway no se esconde tras un protagonista con otro nombre, sino que lo conocemos de cerca. La historia avanza siendo él mismo el narrador en primera persona y compartiendo con el lector todas sus opiniones sobre la gente y el paisaje que los rodea. No hay aquí ninguna historia de amor. Las conversaciones sobre literatura entre Ernest y Kandisky fueron, para mí, lo mejor del libro.


Sin embargo, yo no me llevé en la maleta Verdes colinas de África para leer sobre opiniones de literatura, por muy interesantes que sean. La contraportada del libro me prometía con una insistencia poética que me pareció irrefutable las descripciones inigualables que Hemingway dejó en este libro sobre la luz africana y el paisaje febril de la sabana, textos que van más allá del relato para alcanzar el mito. Pues bien, yo, después de acabar su lectura, no estoy de acuerdo. Yo no he encontrado tales descripciones si no han sido de forma totalmente accesoria para poner más en contexto al lector en lo que realmente se centra el libro: la caza mayor. La caza entendida como un deporte, una especie de competición de la que surgen amistades y envidias entre los compañeros que protagonizan la narración.

Intento reseñar esta novela buscando cierta objetividad de ideología pero ¡qué diablos! Esta es mi reseña, y como mía que es se volvería incompleta si no mencionara mi total desprecio a lo que los personajes de este libro llaman deporte. Leía Verdes colinas de África cada noche cuyo día precedente había estado de safari en maravillosos parques como el Serengeti, el Ngorongoro o Tarangire, observando entusiasmado la vida de los animales en absoluta libertad. Y el mismo día que tan solo tuve la oportunidad de ver un rinoceronte en la lejanía (el guía comentó que la única culpa de esta especie es criar tan solo cada cinco años y poseer un cuerno que se vende caro y es el mayor anhelo de los cazadores) leía por la noche como Hemingway y sus amigotes competían para ver quien cazaba el mayor.

Incompleta sería esta reseña si no mencionara que mi desprecio por este tipo de ocio ha enturbiado mi lectura por completo. Si bien no culpo a sus protagonistas, pues todo se trata de la concienciación y en esas tierras en aquel tiempo habían animales por todas partes y nadie a favor de protegerlos, me seguía pareciendo una aberración. Y cuando un libro se centra en algo que para el lector es una aberración y además lo alaba en vez de denunciarlo, la impresión no puede acabar siendo positiva. He leído muchos libros en los que aparece la caza de forma accesoria (Goat Mountain, de David Vann) y me han encantado, pero nunca había leído ninguno que se centrara casi exclusivamente en ella.

En conclusión, esta lectura me ha decepcionado, no ha estado a la altura de los otros libros que he leído del autor. Cuando me hice con él pensé que el estar leyéndolo en el escenario donde tiene lugar la narración me agradaría más, y la verdad ha sido la opuesta: al estar leyéndolo mientras era testimonio de las consecuencias de los actos que en él se describen ha hecho que me guste menos. Dejando aparte algunas conversaciones interesantes que te aproximan a la controvertida figura de Ernest Hemingway, el resto del relato me pareció, además, vacío, lineal, tedioso e interminable. 


No me quito de la cabeza un proverbio africano que leyó Eduardo Galeano, que recientemente nos ha dejado, en una librería de Chicago. Lo menciona en un libro que me estoy leyendo ahora y lo hace pensando en los que él llamaba los nadies. Sin embargo, en esta ocasión se me permitirá agarrarme a su interpretación más literal. Dice así: "Hasta que los leones tengan sus propios historiadores, las historias de cacería seguirán glorificando al cazador".


Las fotografías fueron tomadas en Tanzania. Las dos primeras en el cráter Ngorongoro y la última ante el lago Manyara, en cuyos alrededores tiene lugar la acción del libro.

15 comentarios

  1. Me he hecho este mes con El viejo y el mar para leer algo de Hemingway, pero por detalles como el de este libro y demás, tengo bastantes reparos ideológicos con este hombre, las cosas como son. Justamente estaba pensando en que iba a comentar eso al leer las primeras líneas de tu entrada, que difícilmente podría leer un libro de este estilo oliéndome ya cómo lo plantearía todo Hemingway, pero he visto que al final a ti te ha pasado un poco lo mismo.

    En fin, yo espero que al menos mi experiencia con la ficción al uso de Hemingway sea decente :)

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  2. Por cierto, como dices que te encantó los diálogos con otros escritores, no puedo dejar pasar la ocasión de recomendarte París era una fiesta. Es totalmente Midnight in Paris!

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  3. ¡Buenas!
    De Hemingway me he leído su biografía pero ningún libro, así que si empiezo con él seguramente sea con El viejo y el mar visto que sí te gustó y es más cortito para prepararme el terreno con su obra. Pero no sé yo si este libro podría gustarme por lo que cuentas de la caza, me pasa igual que a ti aunque no tenga el plus de haber visto a lo animales en directo (envidia sana ;-) ), no sé qué haré porque lo de las conversaciones sobre literatura sí que me interesa.
    En fin, me ha gustado tu reseña y unos paisajes geniales =)
    ¡Un saludoo!

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  4. Pues siento no coincidir contigo. De los que he leído del autor, éste es el que más me ha gustado. En líneas generales Hemingway no me gusta. Besos.

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  5. Pues que decepción. La temática de por si no me atraeria lo suficiente, pero tengo que buscar un libro de Hemingway que realmente me enganche para saber "que es lo que le ha llevado al autor a conseguir un nobel, por ejemplo". Con el viejo y el mar me lleve mi primera decepción. A ver la próxima. Un beso!

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  6. Bueno, pinta interesante.. tengo ganas de leer al autor
    yo hace nada que he leído Memorias de África, y uff por poco muero en el intento
    eso sí, NADA que ver con la película x)

    un beesito

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  7. Aplausos y muchos a tu magnífica reseña. Desde luego puedo decirte que yo no leería ese libro ni aunque me pagasen porque odio la caza y todo lo que tenga que ver con ella. Quitar la vida a ni animal para divertirse no tiene palabras. De todas formas, yo he leído algunos cuentos o relatos cortos de este autor, y me he quedado a cuadros porque me esperaba mucho más. No son geniales ni muchísimo menos. En internet hay muchos relatos de él y si alguna vez los lees, espero tu opinión. Yo creo, sinceramente, que prefiero que nos cuentes tu viaje a Tanzania. ¡Qué suerte!

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  8. Iba a preguntae: ¿Has ido a África para hacer las fotos? xDDDDDDDDD Pero luego leo lo que es el final de la entrada. Lo siento pero no puedo dejar de mencionar las fotos, es algo que es más fuerte que yo misma. Me ha encantado lo de "intento reseñar esta novela buscando cierta objetividad de ideología pero ¡qué diablos!" JAJAJAJA, di que sí. :DDDDD ¿Alguien en este mundo escribe mejor que tú las reseñas? :O No sé!

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  9. No he leído nada de este autor y después de leerte, no será con este libro con el que me estrene. Ni creo que lo lea. No entiendo el placer que produce la caza... Coincido totalmente contigo. Es una aberración.
    Besotes!!!

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  10. No conocía este libro de Hemingway, y si ya era un sí por la ambientación ya es un requetesí por esas conversaciones entre Hemingway y Kandinsky...

    Un abrazo

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  11. No lo conocía pero no creo que lo lea, he leído El viejo y el mar y me gustó bastante, aunque en realidad no considero al autor uno de los grandes.
    Respecto a lo que nos cuentas, uff, creo que entiendo a que te refieres. Me da tanta pena que lastimen a un animal, no quiero ni imaginar la repulsión que me provocaría leer este libro. Y por cierto, no puedo dejar de alabarte las fotografías. Y como Diana, pensé que te habías ido a África sólo para tomar las fotos jajaja y como te envidio, vas a tantos lugares bonitos.
    Besos.

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  12. Me cuesta mucho animarme con Hemingway, ya sé que no debería influirme su personalidad, pero lo hace y no me anima a ponerme con él. Algunas novelas suyas me apetecen, pero después de leerte esta no la voy a incluir en la lista: lo de la cacería es un tema que me entristece y que me costaría mucho leerlo, y más si es en plan exaltación. Disfruta de tu viaje, 1beso!

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  13. Menudo viajecito!!!y qué envidia jajajaja
    No me he animado con el autor...me da siempre una pereza enorme, pero lo haré tarde o temprano.
    Un beso!

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  14. Hemingway es un poco así, rudo, bestia, veraz. Y es cierto que sus novelas resultan de desigual gusto incluso para sus más acérrimos lectores. En este caso, me atrae mucho que no sea precisamente una novela, sino toda una serie de situaciones reales y además en África pero... En este sentido, prefiero (y te recomiendo) al siempre estupendo Ryszard Kapuściński o, si te apetece algo más divertido, "Rescate en Madagascar" de Gerald Durrell. Por cierto, ¡menudo viaje familiar! Bss

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  15. ¡Hola!
    Leeré este libro en breve. O, al menos, eso espero. Hemingway siempre me gusta, aunque algunas obras más que otras. :)
    Gracias por la reseña. Está genial.
    Besos.

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